sábado, 28 de mayo de 2011

Adios Nonino - Astor Piazzolla (¡sublime tango!)

Astor Piazzolla no fue un bandoneonista y compositor argentino, ¡ES, por siempre! un bandoneonista y compositor argentino.



Adiós Nonino es una pieza musical de tango, compuesta por el músico y compositor argentino Astor Piazzola; es considerada por muchos como la mejor y más representativa obra del autor.
La historia

En el año 1959, Piazzolla se encontraba realizando una gira por Centroamérica cuando, durante una presentación en Puerto Rico junto a Juan Carlos Copes y María Nieves Rego, recibe la noticia de la muerte de su padre, Vicente Piazzolla, apodado Nonino, debido a un accidente de bicicleta en su ciudad natal, Mar del Plata. Esta noticia, sumada al fracaso de la gira, a los problemas económicos y a la nostalgia que le producía estar lejos de su país natal, llevó a Piazzolla a la depresión. Es cuando retorna, en octubre de ese año, a la ciudad de Nueva York (lugar donde residía temporalmente con su familia), que compone esta maravillosa obra, en homenaje a su padre, basada en Nonino, otro tango que Astor había compuesto cinco años antes en París, también dedicada a Vicente Piazzolla.

Papá nos pidió que lo dejáramos solo durante unas horas. Nos metimos en la cocina. Primero hubo un silencio absoluto. Al rato, oímos que tocaba el bandoneón. Era una melodía muy triste, terriblemente triste. Estaba componiendo Adiós Nonino.

Daniel Piazzolla, su hijo. Astor, Diana Piazzolla, 1986.

En una entrevista de 1990, Piazzolla declaró que éste era su tango número uno, y que muchas veces había intentado superarlo, pero sin éxito. La letra fue escrita por la cantante y compositora argentina Eladia Blázquez.

Desde una estrella al titilar...
Me hará señales de acudir,
por una luz de eternidad
cuando me llame, voy a ir.

A preguntarle, por ese niño
que con su muerte, lo perdí,
que con "Nonino" se me fue...
Cuando me diga, ven aquí...
Renaceré... Porque...

¡Soy...! la raíz, del país
que amasó con su arcilla.
¡Soy...! Sangre y piel, del "tano" aquel,
que me dio su semilla.

Adiós "Nonino"... que largo sin vos, será el camino.
¡Dolor, tristeza, la mesa y el pan...!

Y mi adiós.. ¡Ay! Mi adiós,
a tu amor, tu tabaco, tu vino.
¿Quién..? Sin piedad, me robó la mitad,
al llevarte "Nonino"...

Tal vez un día,
yo también mirando atrás...
Como vos, diga adiós
¡No va más..!

Recitado:

Y hoy mi viejo "Nonino" es una planta.
Es la luz, es el viento y es el río...
Este torrente mío lo suplanta,
prolongando en mi ser, su desafío.
Me sucedo en su sangre, lo adivino.
Y presiento en mi voz, su propio eco.
Esta voz que una vez, me sonó a hueco
cuando le dije adiós Adiós "Nonino".

¡Soy...! La raíz, del país
que amasó con su arcilla...
¡Soy...! Sangre y piel,
del "tano" aquel,
que me dio su semilla.

Adiós "Nonino"... Dejaste tu sol,
en mi destino.
Tu ardor sin miedo, tu credo de amor.
Y ese afán... ¡Ay...! Tu afán
por sembrar de esperanza el camino.

Soy tu panal y esta gota de sal,
que hoy te llora "Nonino".
Tal vez el día que se corte mi piolín,
te veré y sabré... Que no hay fin.


(Gracias a mi gran amigo el fotógrafo argentino-venezolano Eduardo Gamondés por este maravilloso envío junto al link de
el blog de Javier Carrete

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