jueves, 28 de abril de 2011

Así empiezan las peleas matrimoniales

Mi mujer y yo estábamos sentados en la mesa de un restaurante, yo me estaba
fijando en una chica borracha que estaba sola en una mesa próxima, y que
balanceaba su copa.

Mi mujer preguntó: "¿La conoces?"

"Sí," dije yo. "Ella es una antigua novia mía... Sé que empezó a beber
después de separarnos, hace ya bastantes años y, por lo que sé, nunca más
ha vuelto a estar sobria.

"¡Dios mío!", dijo mi mujer, "nunca pensé que alguien pudiese celebrar algo
durante tanto tiempo!"

Y, entonces, la pelea comenzó...








Después de pensionarme, fuí hasta el Seguro Social para poder recibir mi
credencial de jubilación.

La mujer que me atendió solicitó mi Cédula de Identidad para verificar mi
edad.

Busqué por todos los bolsillos y me di cuenta que la había dejado olvidada
en casa.

La funcionaria dijo que lo lamentaba pero que tendría que ir a buscarla a
casa y volver más tarde. En esto, me dijo: "Desabotone la camisa"

Entonces desabotoné la camisa, dejando expuestos mis cabellos crespos y
plateados.

Ella me dijo: "Este cabello plateado en su pecho es prueba suficiente para
mi".

Y procesó mi jubilación.

Cuando llegué a casa, le conté a mi mujer entusiasmado, lo que me ocurrió.

Ella me dijo: "¡Vaya! ¿y por qué no te bajaste los pantalones?

Podrías haber conseguido una invalidez permanente también... "

Y, entonces, la pelea comenzó...








La mujer está desnuda, mirándose en el espejo de la habitación. Sin estar
feliz con lo que ve, le dice al marido: "Me siento horrible; parezco vieja,
gorda y fea; realmente necesito un elogio tuyo.”

El marido responde: "¡¡¡De la vista estás perfecta!!!".

Y, entonces, la pelea comenzó...








Llevé a mi mujer y a un amigo a cenar. El camarero anotó primero mi pedido:
"Quiero carne asada a la parrilla pero que quede bien jugosa, por favor.
"Mi amigo pregunta: "¿Tu no estás preocupados por la vaca loca ?"

"No, ella misma puede hacer su pedido." - respondí.

Y, entonces, la pelea comenzó...






El marido vuelve del Médico y la mujer, toda preocupada, le pregunta: "Y,
entonces, que te dijo el Médico?".

De pronto, él respondió: "A partir de hoy, no haremos más el amor; tengo
prohibido comer cosas grasas."

Y, entonces, la pelea comenzó...




EL: "Vieja... susurrame cosas sucias, ¡¡¡me súper excitan!!!
ELLA: "tus axilas, los pies, tu cabello, las uñas, tus orejas, las uñas, tus medias... "
Y la pelea comenzó.......otra vez



envio recibido por correo electrónico gracias a Andrés Camacho