lunes, 17 de octubre de 2011

Regresamos con "el gato como símbolo"

"El pollo Claudio", mi último gato (1997) antes de dar a luz y optar después por un perro.

Hace un mes y 6 días El Club de Las Neuronas Muertas salió de vacaciones justo al momento de tener 37.903 entradas. Hoy, 37 días después alcanzamos las 45.072 visitas, cifra que sirve de aliciente para un Retorno con "r" mayúscula ya que esperaba una disminución de las visitas a este blog debido a la suspensión temporal de las publicaciones. Más, olvidaba, que por estos predios de la internetósfera, todo post, por muy relegado que esté siempre es suceptible a ser activado por un click que incita a mirarlo, y por ende a revivirlo, especie de plasticidad (como la del cerebro) que poseen los blogs .

Es así que emprendemos la vuelta con aires felinos por ser vientos benéficos para cualquier regreso, ya que consideramos a los "misu, misu" (voz latina que usamos para llamarlos) animales de buena suerte, aunque mi padre -y yo- conocimos a un juez diabético que expulsó fuera de su casa a su gata recién parida y semanas después la 'misifús' lo arañó con fuerza en una de las piernas. Meses despúes, la extremidad inferior del magistrado tuvo que ser amputada por una infección que degeneró en gangrena.

Así mismo, hemos escogido al gato o porque su presencia en nuestras vidas tiene una data de 9.500 años y porque lo relacionamos con la gracia, el misterio, la delicadeza, la astucia, la malicia y el encanto, y para tu de contar. En este punto, vale decir -aunque no tenga nada que ver- que etológicamente los gatos nos ven a los humanos como un sustituto de sus madres, viviendo una especie de prolongación durante su madurez de la época en la que son cachorros.

Reanudamos pues con este animal, imagen de lo sensorial y de la existencia de muchas vidas en una sola; encarnación de lo sagrado y lo profano, protagonista de mitos y leyendas en innumerables culturas explicadas magistralmente por dos autores que poseen una inagotable capacidad para poetizar y descubrir ante nuestra imaginación lo que muchas pueblos dicen de los símbolos, esas "representaciones sensorialmente perceptibles de una realidad" (DRAE). Me refiero a uno de mis libros de cabecera, el Diccionario de los Símbolos de Jean Chevalier y Alain Gheerbrant, escritores que ayudan a entender a los mamíferos carnívoros familia de los félidos, los animalirijillos -en palabras de Ned Flanders- astutos y disimulados que tanto seducen en esta infinita red.

1. El simbolismo del gato es muy heterogéneo, oscila entre las tendencias benéficas y maléficas; que puede explicarse simplemente por la actitud socarrona del animal. En el Japón es un animal de mal augurio, capaz, se dice, de matar a las mujeres y revestirse de su forma. El célebre y pacífico gato de Jingoro, en Nikko, parece tener solo un valor decorativo. En el mundo búdico se le reprocha el haber sido el único, con la serpiente, que no se conmovió por la muerte de Buddha, lo que sin embargo podría, desde otro punto de vista, considerarse como signo de sabiduría superior.

En la India se encuentran estatuas de gatos ascetas que representan la beatitud del mundo animal (Kramrisch); pero el gato es también, inversamente, la montura y el aspecto de la yogini Vidali. En la China antigua, el gato se consideraba mas bien un animal benefactor, y se imitaba su actitud, al mismo tiempo que la del leopardo, en las danzas agrarias (Granet).

En nuestros días, en Camboya se transporta en una jaula a un gato de casas en casa, en el curso de una procesión con cantos para obtener la lluvia: cada vecino riega al gato, cuyos maullidos, se dice, conmueven a Indra, dispensador del aguacero fecundante. Esto puede entenderse de diversas maneras, teniendo en cuenta el simbolismo de la lluvia.


El gato está pues ligado a la sequía, la cual evoca la noción de caos primordial, de materia prima no fecundada por las aguas superiores.

Es por lo menos curioso advertir que, en la cábala y el budismo, el gato se asocia a la serpiente: indica el pecado, el abuso de los bienes de este mundo (Devoucoux). A veces se representa en este sentido a los pies de Cristo.

La imaginería popular satírica vietnamita hace del gato el emblema del mandarín, en suma, el equivalente exacto del término francés chats fourrés [o gatos peludos, denominación que otrora acuñara Rabelais para referirse a los magistrados, aludiendo a sus togas adornadas con piel de armiño].



2. El Egipto antiguo veneraba, con los rasgos del Gato divino, a la diosa Bastet, como bienhechora y protectora del hombre. Numerosas obras de arte lo representan con un cuchillo en una pata, cortando la cabeza de la serpiente Apofis, el dragón de las Tinieblas, que personifica a los enemigos del Sol y a quienes se esfuerzan en hacer volcar la barca sagrada en el curso de su travesía por el mundo subterráneo. El gato simboliza aquí la fuerza y la agilidad del felino, que una diosa tutelar pone al servicio del hombre, para ayudarlo a triunfar sobre susu enemigos ocultos.

3. En la tradición celta, el simbolismo del gato es bastante menos favorable que el del perro o el lince. Parece que el animal se haya considerado con alguna desconfianza. Cenn Chaitt, cabeza de gato, es el sobrenombre del usurpador Cairpe que, ocupando la realeza suprema, causa la ruina de Irlanda. Un gato mítico castiga la Navegación de Mael-Duin a uno de los hermanos de leche de este último que había querido, en un castillo desierto donde la tropa había banqueteado, apoderarse de oro.


El ladrón reducido a cenizas por una llama que brota de los ojos del gatito, la cual vuelve enseguida a sus ojos. El portero del rey Nuada en Tara tenía tambien un ojo de gato que le molestaba cuando tenía que dormir, pues el ojo se abría por la noche al grito de los ratones o los pájaros. En el país de Gales, por último, una de las tres plagas de la isla de Anglesey es, según las Triadas de la isla de Bretaña, un gato parido por la cerda mítica Henwen (Vieja Blanca); arrojado al mar por el porquero, fue desgraciadamente salvado y criado por gente imprudente

4. En la tradición musulmana, el gato (qatt) es por el contrario más bien favorable salvo si es negro "Según la leyenda, como las ratas incomodaban a los pasajeros del Arca, Noé pasó la mano por la frente del león que estornudó, proyectando una pareja de gatos; y por esta razón este animal se parece al león". El gato está dotado de baraka.Un gato totalmente negro posee cualidades mágicas. Se da su carne a comer para librarse de la magia; el bazo de un gato negro, colgado a una mujer que tiene menstruaciones, las detiene. Se utiliza su sangre para crear encantos poderosos. Tiene siete vidas. Los Jnuun aparecen a menudo en forma de gatos.



En Persia, cuando se atormenta a un gato negro, se arriesga uno a tener que vérselas, bajo esta apariencia, con su propio hemzaad (genio nacido al mismo tiempo que el hombre para hacerle compañía) y a perjudicarse a si mismo. Según otros, un gato negro es un jiinn maléfico que conviene saludar cuando entra de noche en una habitación. En muchas tradiciones, el gato negro simboliza la obscuridad y la muerte.

5. El gato se concibe a veces como servidor de los Infiernos. Los nia (Sumatra) conocen el árbol cósmico que ha dado nacimiento a todas las cosas. Los muertos, para subir al cielo, toman un puente: bajo el puente esta la sima del infierno. Un guardián está apostado en la entrada del cielo con un escudo y una lanza; un gato le sirve para lanzar las almas culpables a las aguas infernales.

6. Entre los indios pawnee de América del norte, el gato salvaje es un símbolo de destreza, reflexión e ingeniosidad: es observador, malicioso y ponderado, y consigue siempre sus fines. Por ese hecho era un animal sagrado que sólo puede matarse con fines religiosos y observando ciertos ritos. De la destreza y la ingeniosidad, se pasa al don de la clarividencia; lo que hace que numerosos sacos de medicina sean hechos en piel de gato salvaje en África central.



A un gato:

No son más silenciosos los espejos
ni más furtiva el alba aventurera;
eres, bajo la luna, esa pantera
que nos es dado divisar de lejos.
Por obra indescifrable de un decreto
divino, te buscamos vanamente;
tuya es la soledad, tuyo el secreto.
Tu lomo condesciende a la morosa
caricia de mi mano. Has admitido,
desde esa eternidad que ya es olvido,
el amor de la mano recelosa.
En otro tiempo estás. Eres el dueño
de un ámbito cerrado como un sueño.

Jorge Luis Borges




Fuente de las imágenes: Reddit, Big picture.ru, coolcrack, wallpaperhere.com, igre123 y mi PC.