miércoles, 7 de diciembre de 2011

Vajilla para visitas indeseables



"Yo te amo más que zombies amando cerebros"







Dibujos anatómicos en los platos de Meredith Host, un diseñador de 27 años de edad, creador de esta vajilla para gourmets un tanto obscuros. Repulsivas cucarachas, craneos, órganos y huesos humanos son parte de la fascinación que Meredith tiene por el cine de terror, y que en esta oportunidad decoran tazas y platos de cerámica que le quitan el apetito a más de uno.

Página de Meredith Host

En algún momento de la evolución...

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"Estimado profesor, creo que mi marido puede ser un hombre de Neandertal"


En mayo de 2010 , los biólogos dieron la noticia de que los antepasados ​​del hombre moderno a medida que caminaban fuera de África para colonizar el mundo. tuvieron relaciones sexuales con sus primos de Neandertal en Europa y Asia occidental

Actualmente las personas que vivimos fuera de África representamos el legado de vida de aquellos antiguos acoplamientos sexuales ya que esos encuentros carnales dejaron una huella en nuestra constitución genética. Dentro de nosotros -en nuestras celulas- llevamos una pizca de ADN del Neandertal, pero hay algunas personas en el mundo que sospechan que ellos son un poco más Neanderthal que los demás, según sugiere una investigación. Si no son ellos, es alguien cercano a ellos que está comportándose de una forma vagamente inhumana.

La revelación se produjo en noviembre de 2011 durante una charla dictada por Svante Pääbo en la Sociedad para la Neurociencia, en Washington DC. El profesor Pääbo es el director de genética de Antropología Evolutiva en el Instituto Max Planck, en Leipzig y dirigió el equipo que creó el proyecto de secuencia del genoma del Neandertal. La evidencia de mestizaje vino de la comparación del genoma del Neandertal con el de los humanos modernos.

Meses después de que fuera publicado el documento, cerca de 45 hombres -que habían leído la obra de Svante Pääbo- enviaron cartas y correos electrónicos al científico donde escribían que se declaraban total o parcialmente Neanderthal, y algunas de estas personas le preguntaron si debían proporcionarle muestras de saliva para ser analizadas. Durante los meses siguientes sólo dos mujeres, le escribieron para declararse Neanderthal.

Pääbo es un científico cuidadoso y sabe muy bien que podría haber varias explicaciones del porqué esta brecha entre hombres y mujeres que escribieron. "Se podría decir que, las mujeres no estaban prestando atención a la investigación", dijo en una habitación de miles de neurocientíficos cautivados.

Como ejemplo de rasgos verdaderamente fuertes con todo respeto y sin ánimos de ofender, mencionamos a Nikolái Valúev hombre de gran sensibilidad, ex campeón mundial ruso de pesos pesados y actualmente presentador de la tv rusa. A Nikolái no en balde le dicen "La Bestia del Este" pues mide 2, 13 m. y pesa casi 150 kg.

Sin embargo, el siguiente punto de datos de Pääbo publicó demostró que este no era probablemente el caso. Doce mujeres lo contactaron para declarar que sus maridos eran los neandertales. Algunas de ellas ofrecían a sus cónyuges para futuros estudios.

Sólo dos hombres escribieron para decir lo mismo de sus esposas.


El investigador dijo que la correspondencia recibida muestran nuestras ideas estereotipadas sobre nuestros parientes extintos más cercanos. "Dicen algo acerca de cómo vemos a los neandertales", dijo Pääbo a 'The Guardian'. Ahora bien, El Club de Las Neuronas Muertas se pregunta si las personas declaradas como neandertales lo hicieron porque a) sienten tener poca capacidad cerebral con rspecto al homo sapiens b) Poseen gran parecido físico con los neandertales c) Están atrapados en un tiempo que no les pertenece y realmente son de hace 230.000 años atrás.

Fuente: The Guardian

Ahora bien, encuentro en Wikipedia una página de la BBC -en inglés- que los neandertales sí se parecían mucho a los humanos modernos aunque eran más bajos de estatura, pelvis ancha y extremidades cortas, más corpulentos y más fuertes, especialmente en brazos y manos; mandíbula sin mentón y gran capacidad craneal, pero con un cerebro ligeramente mayor que el de los humanos modernos. Era casi exclusivamente carnívoros y tanto hombres como mujeres neandertales cazaban. Como sus huesos evidencian un gran número de lesiones -como las que a veces se ven en los jinetes de rodeo de hoy día- se sugiere que estaban involucrados y en estrecho contacto en la peligrosa caza de animales de gran tamaño. ¿Esta descrpición concuerda con la tuya o con alguna de tus amistades?. Si es así, entonces es hora de que escribas al 'querido profesor Pääbo'

El 'homo erectus' fue la primera especie que aprendió a cocinar

Imagen tomada de itsroasted

Hace 1,9 millones de años uno de nuestros ancestros, un homínido llamado 'Homo erectus' se le ocurrió meter los alimentos en el fuego y entonces nació el acto de cocinar. En efecto, el 'homo erectus' fue la primera especie que tuvo la maravillosa idea de cocer los alimentos en fogatas, una acción que alivió el acto de masticar la comida cruda (imagínese el trabajo que tenían las mandíbulas del hombre prehistórico) y a consecuencia de ello el tiempo dedicado a comer se hizo más corto, por lo que esta especie en particular se ahorro un tiempo precioso para la sobrevivencia, cuestión que repercutió en la expansión del género homo erectus y por ende, en la colonización del planeta. Esta es la conclusión de una investigación titulada 'Phylogenetic rate shifts in feeding time during the evolution of Homo' ('tasa filogenética y cambios en el tiempo de la alimentación durante la evolución del homo'), y difundida en la revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences.

El científico Chris Organ, de la Universidad de Harward, investigó cuándo el hombre prehistórico comenzó a manipular los alimentos antes de comerlos. Para ello, Chris Organ y su equipo comparó la masa corporal calculada de especies antiguas de primates con las dimensiones de sus mandíbulas y dientes, partiendo del hecho de que los índices tales como: masa corporal, tamaño de los molares y tiempo invertido en la búsqueda y consumo de comida entre los primates modernos están estrechamente relacionados. Cuanto más grande es un simio y cuanto más grandes son sus dientes, más tiempo tarda en saciarse. En el caso de los hombres habrían tenido que tardar alrededor de medio día para conseguir qué comer pero en la realidad el tiempo que se necesita para realizar esta tarea es diez veces menor.

Los autores del artículo comprobaron que tales regularidades sí aplicaban en los ancestros del hombre moderno y de los otros primates superiores, en particular, el 'ardipethecus', el 'Homo habilis', el 'Homo erectus' y el hombre de Neanderthal. El tamaño de los dientes de los primates más antiguos iba aumentando a medida que aumentaba el tamaño de su cuerpo. Pero esta tendencia se interrumpió en uno de los primeros representantes del género 'Homo', el 'Homo erectus'.

La masa corporal del 'Homo erectus' y de sus descendientes creció y el tamaño de los molares disminuyó, seguramente porque ellos aprendieron a manejar el fuego y a manipular los alimentos por medio de herramientas, de acuerdo con los científicos. Al ablandar la comida no era necesario tener dientes potentes y grandes, lo que se reflejaba en una fácil nutrición.

En la opinión del dr. Chris Organ y de su grupo científico, el cocinar le dió al 'Homo erectus' una ventaja competitiva, proporcionándole una importante mejoría en la dieta diaria así como también poseer más tiempo para encontrar nuevos lugares para vivir.


Fuente: RT

La violencia infantil cambia el cerebro

Imagen tomada de coe.int

Los niños que han sido víctima de violencia y abuso familiar muestran cambios en el cerebro similares a los de soldados expuestos a combates, revela una investigación.

Científicos de la Universidad de Londres llevaron a cabo escáneres cerebrales en niños que habían sido expuestos a violencia en sus hogares.

Encontraron que sus cerebros mostraban una mayor actividad en dos áreas del cerebro asociadas a la detección de amenazas y a los trastornos de ansiedad.

Son los mismos efectos que se ven en los cerebros de soldados expuestos a situaciones violentas de combate, expresan los investigadores en la revista Current Biology.

Según los científicos, ésta es la primera investigación que muestra con imágenes de fMRI (imágenes de resonancia magnética funcional) el impacto que el abuso físico y la violencia doméstica tiene en los niños.

"Hasta ahora estamos comenzando a entender cómo el abuso infantil influye en las funciones de los sistemas emocionales del cerebro" expresa el doctor Eamon McCrory, quien dirigió el estudio.

"Esta investigación es importante porque nos ofrece las primeras claves de cómo las regiones en el cerebro infantil se adaptan a las experiencias tempranas de abuso en el hogar" agrega.

Imagen tomada de ads of theword

En el estudio participaron 43 niños con una edad promedio de 12 años. Veinte de ellos habían sido víctimas de violencia familiar, documentada en los registros de los servicios sociales de Londres.


Los otros 23 niños no habían experimentado abuso o violencia en sus hogares.

Tal como explica el doctor McCrory, todos los niños estudiados estaban sanos y ninguno mostraba síntomas de algún problema de salud mental.

"Hiperalertas"

Los niños fueron sometidos a escáneres cerebrales de fMRI mientras se les mostraban imágenes de rostros masculinos y femeninos con expresiones de tristeza, calma y enojo.

Los niños sólo tenían que responder si el rostro era de hombre o de mujer para que el procesamiento de la emoción que representaban fuera incidental.

Los resultados mostraron que los cerebros de los niños expuestos a violencia doméstica presentaban mayor actividad en la ínsula anterior y la amígdala cuando respondían a los rostros enojados.

Estas dos regiones del cerebro, explican los investigadores, han sido asociadas a trastornos de ansiedad y a la detección de amenazas.

Lo cual sugiere que los cerebros de los niños maltratados, igual que ocurre con los soldados expuestos a combates, se adaptan para estar "hiperalertas" ante cualquier signo de peligro en el ambiente que los rodea.

Según los investigadores, esta adaptación cerebral no parece causar daños permanentes en el cerebro de los niños, pero podría explicar porqué los niños maltratados tienen mayor riesgo de desarrollar problemas de ansiedad más tarde en su vida.

Los científicos creen que aunque esta adaptación cerebral es de corto plazo, podría incrementar la vulnerabilidad de estos individuos a desarrollar problemas de salud mental en el futuro, en particular trastornos de ansiedad.

"Lo que hemos demostrado es que la exposición a la violencia familiar está asociada con una alteración de las funciones cerebrales" dice el doctor McCrory.

"Y estas alteraciones pueden representar un factor de riesgo neural subyacente. Creemos que estos cambios pueden ser adaptativos para el niño a corto plazo, pero pueden incrementar su riesgo a largo plazo".

El científico agrega que "estos resultados muestran la importancia de tomar seriamente el impacto de un niño que vive en una familia caracterizada por violencia".

"Incluso si ese niño no muestra signos manifiestos de ansiedad o depresión, estas experiencias parecen tener un efecto mensurable a nivel neural" agrega el científico.