domingo, 26 de febrero de 2012

Sobreviviente de un tumor cerebral pinta todos los días el amanecer desde el 2005


Debbie Wagner, natural de Bennington, Kansas nunca había pintado un cuadro antes de ser operada de dos tumores cerebrales del tamaño de una pera. Esta norteamericana de 56 años en el tiempo anterior a su diagnóstico le encantaban las matemáticas, se dedicaba al cuidado de sus tres hijos, disfrutaba leyendo largas novelas, administraba las finanzas de su casa y confeccionaba recetas complicadas hasta que un día del año 2002 después de ser intervenida quirúrgicamente su vida cambió completamente pues, a pesar de que la operación fue un éxito a partir de allí no pudo volver a cocinar las recetas que acostumbraba, ni resolver operaciones matemáticas, tampoco leer o escribir y menos hacer un balance de sus cuentas pero todo volvió a cambiar una mañana del 2005 cuando Debbie fue apabullada por los colores de un amanecer y entonces decidió pintarlo. Desde ese momento no ha dejado de hacerlo y cada amanecer cumple el ritual de atrapar la luz que empieza a aparecer frente a sus ojos hasta copar el cielo entero.

Han pasado siete años desde que Debbie Wagner pintó su primer amanecer y hasta la fecha ha realizado 2555 cuadros de cada alborada; una muy diferente a la otra porque cada día es diferente ya sea por las longitudes de onda, la inclinación de la tierra, las partículas en la atmósfera e incluso nuestra propia mirada.

La señora Wagner dijo que al serle extirpardo los tumores cerebrales la cirugía la despojó de muchas cosas pero le dejó un aumento en la percepción visual que le permite captar el espectro de luz como nunca antes lo había experimentado.

Con respecto al primer día cuando se vió impulsada a pintar el amanecer expresó que fue tan emocionante hacerlo que no pudo hacer otra cosa que volver de nuevo al día siguiente, y al día siguiente.

Ahora le resulta fácil, porque la devoción que pone en ello la hace pintar de prisa hasta el punto de completar un cuadro en 30 o 45 minutos a menos que el cielo esté completamente nublado.

"Cuando miro la salida del sol, representa un nuevo comienzo. Estoy tan feliz de estar aquí otro día y ver a mis hijos hacer cosas diferentes e ir a cenar con mi marido. Supongo que es la adicción a él que me pone en un estado de ánimo centrado en la gratitud."

"Siempre estoy ocupada durante la puesta de sol, pero su salida es un momento tranquilo del día", dijo Debbie Wagner. "Es ese momento especial del día cuando nada más está pasando."

Sus cuadros, los cuales poseen una medida de 5 x 14 pulgadas, apróximadamente 12 x 35 cm, están adquiriendo un valor personal para los demás ya que la gente ha comenzado a pedirle pinturas de la salida del sol para conmemorar algo propio: el día de una boda, el nacimiento de un bebé o cuando un ser querido regresó a salvo de la guerra de Irak o Afganistán.

En el mes de enero de 2012 el tio de Justin Berry Tyler, Cody Cox, se comunicó con Debbie por correo electrónico: "Mi sobrino de 24 años de edad murió en un accidente de coche el 12 de diciembre 2011, el día de su último amanecer aquí con nosotros", escribió Cox. "Me gustaría comprar la pintura de ese día, si está disponible, y también la del 13 de diciembre 2011. Ambas sin marco, por favor."

Cuando la pintora se enteró de que la familia de Berry quería honrar su memoria con pinturas de sus amaneceres se sentó y lloró. Entonces ella hizo lo necesario para transportar los cuadros en persona a la ciudad de Oklahoma el 4 de febrero.

La sra. Wagner siempre se asombra por los encuentros que tiene con las familias que buscan sus pinturas y comparten sus historias con ella pues nunca pensó que este tipo de conexiones podría ser posible en parte porque nunca imaginó que se había convertido en una artista.

Debbie había sido siempre una madre saludable y después de sus cirugías los médicos compararon su experiencia como recibir un disparo en la cabeza.

"Empecé a pintar casi de inmediato, tal vez cinco o seis meses después de mis cirugías", dijo. "Simplemente sucedió. Tuve que expresarme"

Wagner pintó durante unos tres años antes de intentar su primer amanecer. Ella se sintió obligada a probar una mañana de invierno cuando temprano se despertó después de un sueño inquieto. Debbie aún recuerda como vibrante y espectacular el gran cielo de Kansas en el amanecer de ese día.

"Yo no soy un gran pintor. No estoy tratando de pedir un elogio o nada sólo estoy diciendo la verdad ", dijo Wagner.

"Creo que la gente se sienten atraída por la honestidad y la pureza que hay en lo que estoy haciendo. No es calculado y no está previsto, pues nunca iba a ser comercial. Es mi diario y es muy personal"

Un día Debbie Wagner se dijo: ¿Me pregunto si puedo pintar eso? Y lo hice!"

Fuente: 3riversgallery.com

Página de Debbie Wagner

Ver video en You Tube

No hay comentarios:

Publicar un comentario