viernes, 27 de enero de 2012

Hoy cumplo un año sin cigarrillos y todavía tengo ganas de fumar

Cuando no tenía cigarillos fumaba habanos

Hoy, justo cuando cumplo un año sin el vicio he tenido fuertes ganas de absorber largamente nicotina. No sé hasta cuando tendré estos deseos pero fumaba desde hace 38 años y al parecer las ganas pueden durar mucho tiempo, sobretodo cuando el matrimonio entre tus pulmones y el cigarrillo ha sido largo y placentero.

Este año, cuando he estado sin mi mayor adicción (tengo otras pequeñas como el tomate, los cds de música, los videos de películas, el tabule, el café, internet.. este blog) alguna vez tuve nostalgia por esa persona que fui cuando fumaba: una mujer delgada que abría y cerraba la abertura de una caja de cigarros para disfrutarlos, vincularme a ellos y apoyarme en cada uno de los pitillos que se consumían en mi boca extinguiendo mi vida poco a poco. Un ser con labios casi siempre entreabiertos por el delgado cilindro de papel con tabaco y que sin darse cuenta olía a bares y a noches de encierro; una adicta que a menudo caminaba fumando, despertaba en la madrugada para aspirar el tóxico, salía en medio de una película a chupar humo o a veces, anhelaba comer sólo para disfrutar el cigarro post-almuerzo, post-cena y si no paro a tiempo post-mortem.

Hoy, a un año de haber dejado al amor más largo de mi vida he ganado un año más de vida y también diez kilos de peso que según ciertos hombres (amantes de la estatopigia) me veo "muy bien así", y de acuerdo con algunas mujeres estoy "bastante repuesta" aunque eso signifique estar al borde de la celulitis y haber perdido la mitad de mi ropa. Un punto aparte merece la aparición de una neurodermatitis que aparece y desaparece cuando le da la gana a mi estrés.

Pero, a pesar de la saudade nicotínica lo mejor que he hecho en mi vida después de tener un hijo, dejar los estudios de periodismo por los de literatura, separarme de mi primer marido y perdonar a mis enemigos fue y es, dejar de fumar. Detener el enfisematoso placer de mis bronquios aún no tan grandes por la incipiente hinchazón pulmonar pues, aún puedo caminar y no como mi padre que se asfixiaba cada 10 metros por causa del enfisema.


Hoy, a 365 días de apartar mi más grande adicción le deseo toda la fuerza posible a todos aquellos que en el 2012, 2013/14-15 o de cualquier dos mil, tres mil (ponga usted aquí cualquier año), que NO cesen en el intento de apartarse del cigarro ya que vale la pena con creces, así se tenga entre la boca uno o diez pitillos prendidos a la vez o se esté a punto de inmolar a fuerza de tabaco.

A mi me ayudó la pastilla Champix pero dejé de recomendarla despúes de leer en internet una advertencia que relaciona el medicamento con ataques cardíacos, y miren que trague Champix como loca pues dos veces hice el tratamiento y lo interrumpí, y al tercer intento, vencí, y también, después de dejar de fumar, me hice dos evaluaciones cardíacas.

Por lo pronto como y como yogurt de fresa, mastico manzanas cada vez que puedo, camino como una esquizofrénica y sigo con el yoga que comencé hace dos semanas aunque me escueza el deseo por tener el humo nicotínico otra vez dentro de mi, a pesar del futuro adiposo que me acecha y pese a la contrariedad de tener que hacer ejercicios no dejaré de expresar ahora a todo pulmón, ¡qué bueno ha sido dejarte, cigarrillo!




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