Es el propio The New York Times quien lo dice, es decir, ya no se trata de alguna teoría conspiranoica que circula anónimamente por la red hablando del grupo Bildelberg o de iluminatis, es una información publicada el pasado domingo por uno de los periódicos más representativos de los EE.UU., en donde se afirma que los bancos más poderosos tiranizan y dirigen como quieren el gris, rentable y oculto mercado de los derivados financieros, un mercado que recibe sus directrices en reuniones secretas realizadas una vez al mes para consolidar su supremacía global. Es la élite bancaria", es decir, los nuevos esclavistas quienes controlan un mercado de 700 billones de dólares.
En este mercado se negocia doce veces el PIB mundial, una cantidad que al común de los mortales le es casi imposible de imaginar por lo excesivo de sus ceros, o sea, un siete seguido de 14 ceros, una cifra que sobrepasa casi de forma irreal todo lo que se comercia en los mercados bursátiles, y que comparado con este "business" es una insignificancia.
Veamos una parte del informe:
“Los miembros de esta élite de Wall Street se reunen el tercer miércoles de cada mes en el Midtown de Manhattan, y comparten un objetivo común: proteger los intereses de los grandes bancos en el mercado de derivados, uno de los ámbitos más lucrativos y controvertidos de las finanzas, que tienen un secreto común: los detalles de esos encuentros, y sus identidades, han sido estrictamente confidenciales”.
The New York Times da a conocer los nombres de los ejecutivos de los bancos que forman esta élite: Thomas J. Benison de JPMorgan Chase & Company; James J. Hill de Morgan Stanley; Athanassios Diplas del Deutsche Bank; Paul Hamill de UBS; Paul Mitrokostas del Barclays; Andy Hubbard de Credit Suisse; Oliver Frankel de Goldman Sachs; Ali Balali del Bank of America, y Biswarup Chatterjee de Citigroup.
Estos banqueros forman la supremacía económica dentro de la economía, el poder dentro del poder, y son los que gobiernan a los gobernantes, antes a Bush y ahora a Obama, también a Merkel a Cameron y a Sarkozy. Es un poderoso comité que vigila y controla los CDS, instrumentos que, especialmente en los sectores de los seguros y el petróleo, permiten inmunizarse contra riesgos.
Los CDS son el producto estrella de la economía mundial y hasta hace poco casi nadie sabía cómo funcionaban. Los CDS se negocian al margen de los mercados regulados y su tamaño multiplica por diez la deuda total de Estados Unidos, que hoy llega a los 75 billones de dólares.
En suma, “ese grupo existe para preservar la integridad de un mercado de 700 billones de dólares” perteneciente a las empresas arriba citadas; son directivos que deciden posiciones y estrategias para estos grandes bancos y corporaciones pero no son los dueños de semejante millonada. Los propietarios de los 'millones de millones' (de millones) corresponden a las familias que fundaron estos bancos y también, a aquellos que compraron acciones en tales compañias. De tal modo que las resoluciones tomadas por los nueve directivos tienen el objetivo de quintuplicar (y más, y más y más) el dinero de los dueños del capital y el de los accionistas, y así seguirá con sus nefastas consecuencias para el mundo, hasta que el sistema no cambie.
The New York Times
En este mercado se negocia doce veces el PIB mundial, una cantidad que al común de los mortales le es casi imposible de imaginar por lo excesivo de sus ceros, o sea, un siete seguido de 14 ceros, una cifra que sobrepasa casi de forma irreal todo lo que se comercia en los mercados bursátiles, y que comparado con este "business" es una insignificancia.
Veamos una parte del informe:
“Los miembros de esta élite de Wall Street se reunen el tercer miércoles de cada mes en el Midtown de Manhattan, y comparten un objetivo común: proteger los intereses de los grandes bancos en el mercado de derivados, uno de los ámbitos más lucrativos y controvertidos de las finanzas, que tienen un secreto común: los detalles de esos encuentros, y sus identidades, han sido estrictamente confidenciales”.
The New York Times da a conocer los nombres de los ejecutivos de los bancos que forman esta élite: Thomas J. Benison de JPMorgan Chase & Company; James J. Hill de Morgan Stanley; Athanassios Diplas del Deutsche Bank; Paul Hamill de UBS; Paul Mitrokostas del Barclays; Andy Hubbard de Credit Suisse; Oliver Frankel de Goldman Sachs; Ali Balali del Bank of America, y Biswarup Chatterjee de Citigroup.
Estos banqueros forman la supremacía económica dentro de la economía, el poder dentro del poder, y son los que gobiernan a los gobernantes, antes a Bush y ahora a Obama, también a Merkel a Cameron y a Sarkozy. Es un poderoso comité que vigila y controla los CDS, instrumentos que, especialmente en los sectores de los seguros y el petróleo, permiten inmunizarse contra riesgos.
Los CDS son el producto estrella de la economía mundial y hasta hace poco casi nadie sabía cómo funcionaban. Los CDS se negocian al margen de los mercados regulados y su tamaño multiplica por diez la deuda total de Estados Unidos, que hoy llega a los 75 billones de dólares.
En suma, “ese grupo existe para preservar la integridad de un mercado de 700 billones de dólares” perteneciente a las empresas arriba citadas; son directivos que deciden posiciones y estrategias para estos grandes bancos y corporaciones pero no son los dueños de semejante millonada. Los propietarios de los 'millones de millones' (de millones) corresponden a las familias que fundaron estos bancos y también, a aquellos que compraron acciones en tales compañias. De tal modo que las resoluciones tomadas por los nueve directivos tienen el objetivo de quintuplicar (y más, y más y más) el dinero de los dueños del capital y el de los accionistas, y así seguirá con sus nefastas consecuencias para el mundo, hasta que el sistema no cambie.
The New York Times
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