viernes, 27 de mayo de 2011

"No Significa No". La marcha de las Putas en México

"Tú me puedes llamar puta pero eso tampoco te da derecho a abusar de mí"
Gabriela Amancaya, coorganizadora

Un policía canadiense aseguró que las mujeres debían cuidar su vestimenta para no ser víctimas de abuso sexual. Decenas de mujeres en México tienen pensado marchar —con zapatos de tacón y sin ellos— para protestar por la violencia de género justificada con el pretexto de su apariencia.

Las que marcharán el 12 de junio no comparten es su totalidad el oficio de la prostitución, pero sí la idea de aprovechar el término (tradicionalmente utilizado de forma despectiva) para reivindicar sus derecho a la seguridad sexual y a vivir libres de estereotipos.
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Y no son las únicas.

El movimiento tiene su origen en Canadá. Se desató luego de que en enero el policía Michael Sanguinetti, durante una conferencia sobre seguridad civil en Osgoode Hall Law School en Toronto, asegurara que "las mujeres deben evitar vestirse como 'putas' para no ser víctimas de la violencia sexual".


El 3 de abril, más de 3.000 personas —mujeres en su mayoría— marcharon por las calles de Toronto indignadas por las declaraciones.

A pesar de que Sanguinetti se ha disculpado por sus declaraciones y recibió una medida disciplinaria de la policía de Toronto, la iniciativa sigue cobrando fuerza.

Ya se han registrado manifestaciones con el mismo principio en Australia, Reino Unido y Estados Unidos. Ahora le toca el turno a América Latina.

SlutWalk a la mexicana

A partir del artículo publicado en el sitio de internet mexicano Animal Político, varias mujeres decidieron abrir un grupo en Facebook con los principios de la marcha de Toronto.

Bastaron unos pocos días para que más de 1.500 personas se unieran a la iniciativa. De ahí a la organización de una marcha el 12 de junio bastó poco.

Los recientes videos de policías en Tijuana que obligaron a una mujer a desnudarse y la grabaron y la grabaron o la iniciativa de prohibir minifaldas en una ciudad norteña del país para "evitar embarazos" sirvieron para dar un nuevo contexto a la movilización.

El objetivo, dicen las organizadoras, es hacer notar una cultura en la que se culpa a la víctima más que al violador o al abusador.

"Cuando una es acosada o abusada no trae ninguna vestimenta en especifico, pero sí cuando es víctima de abuso sexual se le cuestiona como venía vestida o su ocupación o en dónde estaba o sus actitudes", explica Gabriela Amancaya, directora del movimiento AtréveteDF/Hollaback y co-organizadora de la marcha.

Las cifras de la Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación en México aseguran que el 90% de las mujeres ha sido acosada en algún momento de su vida.

¿Por qué "putas"?

Con la marcha y su particular nombre SlutWalk (en español puta, zorra, guarra) también se desataron los desacuerdos sobre el uso de la palabra para denominar el movimiento.

El 3 de abril, más de 3.000 personas —mujeres en su mayoría— marcharon por las calles de Toronto indignadas por las declaraciones. Foto tomada de humblelibertarian.com

A pesar del feminismo y de la revolución sexual, la palabra "puta" aún resuena con connotaciones negativas relacionadas con la promiscuidad sexual y todavía se aplica principalmente a las mujeres más que a los hombres, explica la periodista de la BBC Kathryn Westcott

El movimiento de Toronto justifica el uso del término en sus comunicados, asegurando que quieren "reapropiarse de la palabra".

"Hacernos cargo de nuestra vida sexual no significa que nos estamos abriendo a una expectativa de violencia, independientemente de si tenemos sexo por placer o trabajo", dicen en su sitio de internet.

Mientras tanto, en México y con su traducción a "La Marcha de las putas" el enfásis no está en la terminología.

Con el lema "No significa no" pretenden hacer un llamado a la sociedad y las autoridades para que reconsideren las actitudes que están teniendo hacia las mujeres —o hacia su vestimenta— e invitar a un análisis de las relaciones de abuso.

"Tiene menos que ver con el sexo y más con las relaciones de poder... con la gente que abusa porque tiene el poder o la fuerza y luego se justifica cobardemente diciendo que la víctima lo provocó", insiste Amancaya.

"Tú me puedes llamar puta pero eso tampoco te da derecho a abusar de mí", concluye.

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