domingo, 5 de junio de 2011

Aquellos bellos y entrañables amigos


En Venezuela, cuando paso por la esquina de la Esperanza añoro a Tina Chow.
La amante perfecta y la más estúpida por morir así.
Qué hermosa. Qué ingenua
¡Qué desperdicio!

Con sus grillos disecados, cercana a la muerte
Con sus ojos pintados de azul como los míos.

Con su boca chica
que hoy, temprano
pinto, en tu honor

Amerindia Castro, escrito en 1992

(para todos los inolvidables seres humanos que han muerto por Sida)

No hay comentarios:

Publicar un comentario