
sábado, 1 de enero de 2011
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viernes, 24 de diciembre de 2010
El Club de Las Neuronas Muertas te desea una
DIONISOS DIOS DEL VINO Y TRANSPORTE A LA MANIA
De las cenizas del Niño divino de los Misterios y los titanes, según K. Kerényi, brota el “Vástago”, el delicado retoño de la vid, los “zarcillos” de la parra: Dionisos, el dios nacido de la muerte, el hijo de Perséfone, y también hijo de Sémele, que al nacer trajo consigo “la bebida fluyente del racimo” que conforme a Jaen-Pierre Vernant, en "Mito y Pensamiento en la Grecia Antigua", aporta a los humanos, una experiencia de emancipación del orden institucional de la polis.
Dionisos, divinidad de la expresión emocional, dios de la máxima cercanía física y del abrazo, (“donde hay poder no hay eros”, Jung), dios del vino que calma el pesar de los apurados mortales y ofrece el sueño y el olvido de los males cotidianos, era para los antiguos “medicina para las penas”, dios “pharmakon": remedio y veneno. Cura y advertencia del peligro -o amenaza-, acciones inseparables la una de la otra y que se solicitan mutuamente durante el proceso de ingerir al dios, es decir, mientras bebemos.
Oinos: vino, bebida fermentada, seducción y embriaguez, trae de vuelta lo reprimido y despoja de sí mismo a aquel que ha sido tocado por esta deidad, transportándolo a una experiencia que repercutirá sobre la estructura jurídica, moral, y ontológica*, revelándole la ausencia de coherencia y la inexistencia de todo fundamento, con respecto a los principios que fundan dichas estructuras:
A través de la experiencia del éxtasis y del entusiasmo, este orden se descubre como una simple ilusión [...] en el extasis y el entusiasmo hay una búsqueda de una desorientación radical, lejos de la vida cotidiana, de las ocupaciones ordinarias, de las servidumbres obligadas; un esfuerzo por abolir todas las barreras mediante las que se define un mundo organizado: entre el hombre y el dios, lo natural y lo sobrenatural, entre lo humano, lo animal, lo vegetal, las barreras sociales, las fronteras del yo... (Mito y Pensamiento en la Grecia Antigua. Jaen-Pierre Vernant).
La ingesta de vino produce no sólo un 'ekstasis báquico' o "vuelo del alma liberada del cuerpo", sino también suprime el llamado principio de individuación, (el 'yo y su maleta llena de circunstancias) y el principio de enlace causal con las cosas, conectándonos sin distinción con lo otro, el otro, y entonces surge la fiesta, y la comedia, y las penas se hacen comunes a todos disolviéndose en la camaradería.
Dinisos, dios de las intoxicaciones conmina a ver la cara de lo reprimido en nuestra psique, a nuestros nudos, a aquello que la razón, el buen sentido, la sobriedad y el dominio de sí hace que lo más extraño de cada uno de nosotros aparezca como si no nos perteneciera. De tal manera que de frente a los trastornos ocultos, complejos, perturbaciones disfrazadas en neurosis, superioridades e inferioridades, psicosis, éstos puedan emerger o no, y en caso de aflorar darse el intento de un restablecimiento psicológico.
Por ello, tratar de eliminar a Dionisos de nuestras vidas, es anular infructuosamente un camino en el que se re-conoce el espacio oscuro que permite la muerte y el renacimiento del hijo de dios en nosotros; “memoria y conocimiento que celebra lo duro y doloroso como liberador”: Dionisos “Triunfo”. Oinos, dios de la cultura, que da paso al symposium, al intercambio, a la psique, al alma. Al gozo del buen beber y el arte del bien vivir
En Estados Unidos, durante los años 20, la prohibición del alcohol, desencadenó la violencia encarnada en las mafias; no hubo época anterior a la prohibición donde el consumo del pharmakon se haya elevado tanto. Para controlar esta situación hubo que legalizar el alcohol. Igualmente, en la polis griega, los ritos dionisiacos dejaron de amenazar el orden de la polis al ser reglamentando como rito oficial “canalizando esta histeria en rito”
En el año 83 D.C., Domiciano firma un decreto ordenando arrancar la mitad de los viñedos para cultivar cereales, dada la escasez del grano. Este decreto será revocado por él mismo, al aparecer en los muros de Roma un epigrama atribuido al propio Baco:
Dinisos, dios de las intoxicaciones conmina a ver la cara de lo reprimido en nuestra psique, a nuestros nudos, a aquello que la razón, el buen sentido, la sobriedad y el dominio de sí hace que lo más extraño de cada uno de nosotros aparezca como si no nos perteneciera. De tal manera que de frente a los trastornos ocultos, complejos, perturbaciones disfrazadas en neurosis, superioridades e inferioridades, psicosis, éstos puedan emerger o no, y en caso de aflorar darse el intento de un restablecimiento psicológico.
Por ello, tratar de eliminar a Dionisos de nuestras vidas, es anular infructuosamente un camino en el que se re-conoce el espacio oscuro que permite la muerte y el renacimiento del hijo de dios en nosotros; “memoria y conocimiento que celebra lo duro y doloroso como liberador”: Dionisos “Triunfo”. Oinos, dios de la cultura, que da paso al symposium, al intercambio, a la psique, al alma. Al gozo del buen beber y el arte del bien vivir
En Estados Unidos, durante los años 20, la prohibición del alcohol, desencadenó la violencia encarnada en las mafias; no hubo época anterior a la prohibición donde el consumo del pharmakon se haya elevado tanto. Para controlar esta situación hubo que legalizar el alcohol. Igualmente, en la polis griega, los ritos dionisiacos dejaron de amenazar el orden de la polis al ser reglamentando como rito oficial “canalizando esta histeria en rito”
En el año 83 D.C., Domiciano firma un decreto ordenando arrancar la mitad de los viñedos para cultivar cereales, dada la escasez del grano. Este decreto será revocado por él mismo, al aparecer en los muros de Roma un epigrama atribuido al propio Baco:
“AUNQUE HASTA LA RAIZ ME DEVORES, DARA FRUTO BASTANTE PARA HACER, CORNUDO, UNA LIBACION SOBRE TU CUERPO DEGOLLADO”
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Navidad
jueves, 23 de diciembre de 2010
¡Bienvenidos a Bebiembre!

Tal celebración, es presentada por la iglesia católica como un hecho histórico indudable que, al ser puesto bajo la lupa de una seria investigación histórica más allá del dogma y de la fe, no soporta siquiera un leve escrutinio. Sin embargo, toda una civilización durante dos mil años ha creído a pie juntillas, la venida al mundo de un niño concebido “por obra y gracia del Espíritu Santo”, e innumerables personas desde que el cristianismo se ha impuesto como religión, no han dudado de la divinidad de un infante, “parido virginalmente”, encarnado en el seno de una Virgen llamada María. Pero... ¿quienes son los autores de estas fábulas expresadas como verdades incuestionables?.

Al respecto, la teóloga Uta Ranke-Heinemann dice que el escrito donde se señala la idea de la virginidad de María es en el evangelio de Mateo, pero el autor de dicho evangelio no es el apóstol Mateo, así como tampoco Lucas es el autor del evangelio al cual se le atribuye su nombre, únicos evangelios –junto al de Santiago- que mencionan el nacimiento de Jesús. Las investigaciones de esta importante teóloga concluyen que:
“Los autores de ambos evangelios son desconocidos” [1].
A esta afirmación podemos añadir que en el evangelio de Mateo, el término “virgen” fue producto de una muy mala traducción, ya que Mateo (es decir, aquel que se escudó bajo el nombre del apostol para redactar dicho documento) la tomó de la traducción griega del Antiguo Testamento hebreo, llamada “Septuaginta”, hecha en el s. II a.C.. y que traduce el término hebreo alma (mujer joven) con la palabra griega pártenos (virgen):
La Virgen dará a luz
· Yavé se dirigió otra vez a Ajaz, por medio de Isaías, que le dijo: “Pide a Yavé, tu Dios, una señal, aunque sea en las profundidades del lugar oscuro o en las alturas del cielo.” Respondió Ajaz: ”No la pediré, porque no quiero poner a prueba a Yavé.”
Entonces Isaías dijo: “¡Oigan, herederos de David! ¿No les basta molestar a todos, que también quieren cansar a mi Dios? El Señor, pues, les dará esta señal: La joven está embarazada y da a luz un varón a quien le pone el nombre de Emmanuel, es decir, Dios-con-nosotros[2]
Al respecto, Uta Ranke-Heinemann dice en su análisis que alma puede significar virgen más no necesariamente, y aún en el caso de que Isaías hubiese hablado de

Ahora bien, es importante señalar que la idea de una diosa virginal judía no es originaria de la cultura hebrea ya que la noción de vírgenes que paren niños redentores del mundo es un tema muy antiguo (Isis en Egipto, Deméter o Atenea en Grecia), de tal manera que podría argumentarse que nada tiene de extraordinario que este tema se haya desarrollado en el seno de la cultura hebraica… pero es que esta religión no creía absolutamente en el parto virginal debido a que el tema de hijos de dioses le era absolutamente ajeno:
“El judaísmo desconocía por completo la idea de un parto virginal,
y tampoco esperó tal parto para el futuro Mesías. Al contrario su
esperanza tenía por objeto a un Mesías que sería un hombre nacido
de hombres..” [4].
El elemento de la procreación milagrosa no apareció en este culto como resultado de una elaboración sistemática, relacionada con la historia de sus elementos morales, ya que si nos remitimos a Pablo, el autor cristiano más antiguo, encontramos (Gál 4,4) las siguientes palabras concernientes a la procreación de Jesús: “Nacido de una mujer”, que no es lo mismo de una virgen, es decir, nacido de una concepción absolutamente normal. Así mismo, en el evangelio de Marcos, una de las escrituras más viejas, se desconoce por completo el asunto del himen no dañado por la intervención de la práctica sexual o genital, himen incorruptible sea antes y después del parto de María.
La progresiva aparición del tema de la concepción virginal se insertó como parte de un plan que serviría tanto para la demostración de la omnipotencia del Redentor nacido, como por la ocasión de que con ello, los cristianos podrían colocarse a la par de culturas y doctrinas equidistantes, donde la presencia de dioses salvadores en mitos antiguos era importante, como por ejemplo la cultura helénica[5].
Y este plan inscrito dentro de los evangelios de Marcos, Mateo y Lucas funcionó de

Las contradicciones encontradas en los evangelios con respecto al nacimiento de Jesús, son prueba de la “falta de credibilidad histórica”[6] de estos documentos, desde el mismo momento del embarazo de María -cuyo nombre verdadero es Miriam-; se quizo hacer coincidir esta preñez, con un supuesto censo decretado por el emperador Augusto, que de acuerdo con las diligentes exploraciones históricas de la teóloga Uta Ranke-Heinemann, jamás se llevó a cabo pues, sólo eran censados aquellos que tenían posesiones, y José no poseía ningún bien material, de acuerdo con la descripción de Lucas. Este expone en Lc 2,22 ss, la purificación de la madre del Redentor conforme a la Ley de Moisés, esto es, a través de la entrega de “un par de tórtolas o dos pichones” [7] aves que sólo eran destinadas en la ablación, nada más que para la gente pobre. Ahora bien, si la pareja en cuestión carecía de posesiones, no tenía por qué trasladarse a otro lugar para que fueran censados, además que esos censos se realizaban en el lugar de las propiedades, y sería absolutamente descabellado que José sin ningún motivo arriesgara el embarazo de su mujer a punto de parir, a los peligros de un viaje cuya distancia podría ser más o menos 130 km; viaje que realizado sobre un burro tardaría mucho más que un día. Además que los censos llevados a cabo en esos tiempos, tenían un plazo de semanas, así como también de meses, por tanto no había ninguna urgencia de llegar el 24 de diciembre a la ciudad de Belén. Así mismo, es de hacer notar, que la exigencia de empadronamiento sólo afectaba a los cabezas de familia[8] por tanto ¿cuál era la urgencia de un pobre diablo con una mujer a punto de parir, para realizar tal viaje?
Pero, si no se llevó a cabo el tal censo en la época del nacimiento de Jesús, y María y José nunca se trasladaron a Belén desde Nazaret, seguramente Jesús no nació en la ciudad apuntada en ese evangelio, ni tampoco hubo cuna de paja al raz de la tierra, ni estrella anunciadora, ni comparsa de boyeros, vaqueros, porquerizos, ovejeros, cabreros o paveros, acompañantes de la pareja en sí, al momento de nacer el Redentor. Menos aún, existió zoológico alguno, tales como “la mula y el buey” que según un villancico latinoamericano “fueron los que vieron al niño nacer”. De tal modo que, si José y su mujer vivían en Nazaret, es allí donde debería haber visto la luz el llamado niño dios, y no en un lugar donde nada se les había perdido.
Más, Lucas no se queda allí; él refiere otra prueba dentro de su evangelio para hacer creíble el famosísimo parto. Dicho argumento, se basa en la fecha del pretendido censo, esto es, el año 6 d.C., fecha que hace coincidir con la existencia de Juan el Bautista, primo de Jesús, seis meses mayor que éste último, y engendrado en tiempos de Herodes (+a.C), época en la que Jesús ni siquiera había nacido.

Por último, el evangelista Mateo tuvo que resolver el problema del nacimiento divino de otra manera:
“ Para él, Jesús de Nazaret debía trasladarse como fuera, de Belén a Nazaret, lo que Mateo ve de inmediato como cumplimiento de un vaticinio veterotestamentario[9]: 'Así se cumplió lo que dijeron los profetas, que se llamaría Nazareno'[10]
Pero Mateo se equivocó al malentender el pasaje de Isaías 11, 1, en el cual al Mesías se le aplica la cualidad de Nezer (rama), parte en que se divide el tronco o tallo principal de la estirpe de Jesé (padre de David). Y he allí que Mateo, cegado por la luz de su idea navideña, creyó leer ciudad (Nazaret) por linaje principal (Nezer). Así mismo, convirtió -por “obra y gracia” de su pésima comprensión, una “rama”, es decir, una serie de personas que traen su origen de un mismo tronco, en un nacimiento divino en el que toda la sociedad occidental se vuelca a celebrar con ofuscamiento de la razón, una preñez virginal y un nacimiento celestial, existente sólo en unos vetustos papeles, reimpresos por siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Notas
[1] “No y Amén”. Uta Ranke-Heinemann. p. 19. Ed. Trotta
[2] “La Biblia Latinoamericana” Isaías (7,14). p. 463. Ed. Verbo Divino
[3] “Eunucos por el reino de los cielos”. Uta Ranke-Heinemann. p. 31. Ed. Trotta.
[4] “No y Amén”. Uta Ranke-Heinemann, p.50
[5] “No y Amén”. Uta Ranke-Heinemann, p.51
[6] “No y Amén”. Uta Ranke-Heinemann, p.19
[7] “No y Amén”. Uta Ranke-Heinemann, p.22
[8] “No y Amén”. Uta Ranke-Heinemann, p. 23
[9] Veterotestamentario: Perrteneciente o relativo al Antiguo Testamento, según el DRAE.
[10] “No y Amén”. Uta Ranke-Heinemann, p. 32
Bibliografía:
“No y Amén”, Uta Ranke-Heinemann. Ed. Trotta
“Eunucos por el reino de los cielos”, Uta Ranke-Heinemann. Ed. Trotta.
“La Biblia Latinoamericana”. Ed. Verbo Divino.
Escrito por Amerindia Castro © Todos los derechos reservados
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