Aquellos que leyeron en El Club de Las Neuronas Muertas este post ya saben que mi padre, Alfredo Alvarado, fue un bailarín de tap dance, flamenco y otros zapateos que le ameritaron el título de "El Rey del Joropo"; un alias que también le sirvió para ser identificado ante la prensa cuando incursionó en atracos a bancos durante la década del cuarenta. Así mismo, deben saber los lectores de aquel post que Alfredo fue también escritor de teatro infantil, profesor de folklore y actor de dos películas que trataban sobre su vida. Pues bien, en el año 2008 un buen amigo me contó que vió publicado en internet algo nuevo sobre mi padre pero no recordaba dónde, ese mismo día, al llegar a casa coloqué en el buscador de Google el nombre de mi padre, y fue enorme mi sorpresa ver en el blog del periodista venezolano Oscar Yánez la siguiente nota:
De inmediato le escribí al sr. Yánez mi interés por esa mujer llamada Cecilia que resultó ser mi hermana y 8 meses después me contesta otra mujer diferente llamada Milagros, que también era mi hermana y no veía desde hacía 36 años, cuando yo era una adolescente:
De inmediato le escribí al sr. Yánez mi interés por esa mujer llamada Cecilia que resultó ser mi hermana y 8 meses después me contesta otra mujer diferente llamada Milagros, que también era mi hermana y no veía desde hacía 36 años, cuando yo era una adolescente:
No fue sino hasta septiembre de 2010 cuando las tres hermanas pudimos vernos un día en que hizo un tiempo de tormenta con vientos huracanados en la ciudad, lluvia de granizo y se dió un terremoto de 6,2 mientras celebrábamos el encuentro. Milagros (la del traje blanco y negro) quien fue educadora por muchos años, y Cecilia (de blusa con mangas amarillas) exitosa empresaria, tienen cada una un hermano varón (uno de ellos fallecido), también hijos de Alfredo, 3 hermanos ganados gracias a Internet.
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