Los astrónomos de la Universidad de Portsmouth han conseguido completar un mapa en tres dimensiones y a color de todas las estructuras visibles del Universo con detalles que llegan hasta los 380 millones de años luz.
El 2 MASS Redshift Survey, así es como ha sido nombrado el mapa, fue presentado en el 278º Congreso de la American Astronomical Society.
La investigación que ha durado diez años tenía el objetivo de mapear por entero el cielo nocturno utilizando unos rayos de luz de la gama de los infrarrojos. La luz de este tipo de longitud de onda superior a la visible por el ojo humano es capaz de penetrar las nubes opacas de polvo que rodean las galaxias.
Esto ha posibilitado a los investigadores ampliar sus miras hasta casi alcanzar el disco galáctico de la Vía Láctea (es la región en la que se concentra la mayoría de las estrellas y de gases de una galaxia espiral como la nuestra).
El mapa, que cubre el 95% del cielo y contiene también 45.000 galaxias vecinas, permitirá a los astrónomos hacer foco en determinadas áreas y ver el Universo muy lejano, donde es difícil medir las posiciones de muchas galaxias individuales.
Los colores del mapa varían en función de la distancia de las galaxias respecto a la Tierra. Los tonos azules indican que los cuerpos celestes están más cerca de la Tierra y los tonos pasteles señalan a las galaxias «intermedias». Las galaxias que se ubican a distancias mayores están pintadas con colores más rojizos.
Explicar el movimiento de la Vía Láctea
Karen Masters, uno de los investigadores de Portsmouth ha declarado que este mapa les ayudará a resolver la mítica pregunta sobre por qué la Vía Láctea se mueve a la velocidad de 600 kilómetros por segundo respecto al resto del Universo.
«Sabemos que el movimiento de nuestra galaxia está causado por la gravedad pero su origen es una cuestión todavía no resuelta. Sólo gracias a un mapa del cielo muy completo se pueden contar todas las galaxias existentes y sólo en ese momento podremos encontrar una explicación al movimiento de la Vía Láctea», aclara Masters.
Fuente: ABC
El 2 MASS Redshift Survey, así es como ha sido nombrado el mapa, fue presentado en el 278º Congreso de la American Astronomical Society.
La investigación que ha durado diez años tenía el objetivo de mapear por entero el cielo nocturno utilizando unos rayos de luz de la gama de los infrarrojos. La luz de este tipo de longitud de onda superior a la visible por el ojo humano es capaz de penetrar las nubes opacas de polvo que rodean las galaxias.
Esto ha posibilitado a los investigadores ampliar sus miras hasta casi alcanzar el disco galáctico de la Vía Láctea (es la región en la que se concentra la mayoría de las estrellas y de gases de una galaxia espiral como la nuestra).
El mapa, que cubre el 95% del cielo y contiene también 45.000 galaxias vecinas, permitirá a los astrónomos hacer foco en determinadas áreas y ver el Universo muy lejano, donde es difícil medir las posiciones de muchas galaxias individuales.
Los colores del mapa varían en función de la distancia de las galaxias respecto a la Tierra. Los tonos azules indican que los cuerpos celestes están más cerca de la Tierra y los tonos pasteles señalan a las galaxias «intermedias». Las galaxias que se ubican a distancias mayores están pintadas con colores más rojizos.
Explicar el movimiento de la Vía Láctea
Karen Masters, uno de los investigadores de Portsmouth ha declarado que este mapa les ayudará a resolver la mítica pregunta sobre por qué la Vía Láctea se mueve a la velocidad de 600 kilómetros por segundo respecto al resto del Universo.
«Sabemos que el movimiento de nuestra galaxia está causado por la gravedad pero su origen es una cuestión todavía no resuelta. Sólo gracias a un mapa del cielo muy completo se pueden contar todas las galaxias existentes y sólo en ese momento podremos encontrar una explicación al movimiento de la Vía Láctea», aclara Masters.
Fuente: ABC
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