Ante las olas de calor ¡Cuidado con el sol!

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Ria novosti

Para estos días en que el sol arde sobre los cuerpos que caminan bajo sus rayos prefiero no salir, sin embargo, aunque mi dermis llore por el calor me armo de valor y salgo a la calle a recibir latigazos lumínicos como a principios de julio, cuando tomé unas cortas vacaciones en la costa de mi país y estuve cuatro horas bajo un toldo, casi sin moverme, observando el panorama, cuestión que produjo que el lado derecho de mi rostro se hinchara visiblemente solo por la acción del resplandor, y sobretodo por no aplicarme protector solar. A mi alrededor ví 'freírse' lentamente a algunos incautos, y delante de mi observé una anciana desmayada a la que prestaban auxilio. De vuelta a la ciudad, las personas comentaban que mi rostro se había "pasado de horno".

Así como la psique no olvida los traumas, la piel tampoco. Nuestras dermis recuerda los maltratos recibidos y reclama por los daños un tiempo después, debido a que los efectos dañinos de las radiaciones ultravioleta del sol son acumulativos e irreversibles.

La chica que medita bajo el ardiente sol es una candidata a un posible melanoma
Imagen tomada del excelente estudio brasileño de fotografía Platinumfmd

Las quemaduras solares producidas durante la infancia pueden dar paso a un melanoma en la edad adulta, especialmente en personas de piel y pelo claro, las más vulnerables. Y la prevalencia del melanoma va en aumento en el mundo. La forma más eficaz de luchar contra este tumor es evitar la sobreexposición al sol, no exponerse a él entre las doce y las cinco, ni siquiera con protección, y tomarlo siempre con un filtro solar adecuado al tipo de piel el resto del tiempo.

Sin embargo, la cuestión es si sabemos interpretar la etiqueta a la hora de elegir un protector solar y aplicarlo correctamente. Según las estadísticas, solo 4 de cada 10 lo consiguen.