Contrariamente a lo que la ciencia solía afirmar, el alcohol no destruye las neuronas pero sí aniquila sus conexiones -a través de axones y dendritas, de acuerdo a un estudio realizado por los doctores Grethe Badsberg Jensen y Bente Pakkenberg de la Universidad de Arhus, en Dinamarca, quienes analizaron los cerebros de alcohólicos crónicos fallecidos a fin de precisar si la demencia y pérdida de memoria relacionadas con el alcoholismo se debía a la disminución en el número de células cerebrales.
El hallazgo determinó que como estos elementos pueden volver a crecer, los bebedores crónicos al dejar su adicción al alcohol, pueden recuperar parcial o incluso totalmente su función cerebral normal.
Los científicos estudiaron los cerebros de 11 hombres que antes de morir eran tenían alcoholismo crónico, y los compararon con 11 cerebros de hombres fallecidos no alcohólicos gracias a una técnica avanzada de recuento celular. Los doctores confirmaron que ambos grupos no eran diferentes en relación a la cantidad número de células cerebrales (neuronas) presentes enel área conocida como neocórtex.
El neocórtex, una capa de células grises que cubre la superficie externa del cerebro posee diversas funciones tales como la interpretación de las señales recibidas a través de los sentidos y las respuestas complejas de comportamiento y el pensamiento, es decir, las llamadas funciones cerebrales superiores, entonces ¿cómo se explican la demencia y la pérdida de memoria asociadas al alcoholismo?
Imagen de med.ufro
La respuesta podría hallarse en otra zona del cerebro llamada arquicórtex que juega un papel primordial en la memoria. Los doctores de la Universidad de Dinamarca detectaron que la relación peso / volumen del arquicórtex es en promedio un 30% menor en los alcohólicos, y que en los cerebros de los alcohólicos hay una reducción del 11% en la relación peso / volumen de sustancia blanca, que tiende a corresponder a funciones cerebrales básicas, como el reflejo de huida o enfrentamiento, el miedo y la respuesta sexual.Carencias vitamínicas
Los científicos opinan que la disminución en la relación peso / volumen podría tener relación con los axones y dendritas que proyectan las células cerebrales. Los axones y las dendritas forman conexiones entre las células que les permiten comunicarse. Las investigaciones llevadas a cabo en seres humanos y animales muestran que los axones y las dendritas degeneran en presencia de niveles elevados de alcohol, pero que pueden crecer de nuevo -hasta alcanzar incluso la recuperación total- cuando se retira el alcohol, porque la propia célula sobrevive. Esta evidencia sugiere que la abstinencia prolongada de alcohol podría llevar a recuperar la función cerebral en los bebedores al permitir el restablecimiento de las conexiones entre las células cerebrales.
De todos modos se esperan por otras investigaciones para saber exactamente cómo afecta el alcohol a las células cerebrales pues, ya se sabe que algunas de las consecuencias neurológicas del consumo crónico de alcohol no tienen nada que ver con los efectos directos del alcohol sobre las células cerebrales o sus axones y dendritas. El alcohol tiene muchas calorías, pero su valor nutritivo es muy bajo, por lo que muchos bebedores tienen una alimentación deficiente, con carencias vitamínicas. Los investigadores Grethe Badsberg Jensen y Bente Pakkenberg publicaron dicho estudio en The Lancet.
Para terminar hay que tener presente que aunque el alcohol no aniquila a las neuronas sí mata a 2, 5 millones de personas en el mundo cada año, es decir, casi el 4% de todos los fallecimientos ocurridos en el mundo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.
En tales cifras se incluyen todas las enfermedades producidas por el alcohol (cirrosis hepática, padecimientos cardiovasculares, varios tipos de cáncer, etc.), accidentes de tránsito y muerte por violencia alcohólica. Estas dos últimas problemáticas son el principal riesgo de muerte de cientos de miles de vidas jóvenes.
Fuente: El País, El Imparcial
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