Si no has visto a Totoro, El Castillo ambulante (nominada al oscar en el 2005), El Viaje de Chihiro o La Princesa Mononoke entonces no sigas perdiendo el tiempo porque ya es hora de acercarse al mundo de la juventud y de la magia que mora y se agita en la visión de Hayao Miyazaky, un director de cine de animación, ilustrador, dibujante de cómics (mangaka) y productor de dibujos animados (anime) que nos hace sentir al acercarnos a ver sus películas, que habíamos estado desaprovechando la oportunidad de asombrarnos con otro tipo de aventura estética, la de la maravilla y el viaje permanente inmersas en 'la fantasía' de todo ser humano. Hayao Miyazaky usa la imaginación para dejarnos suspendidos en otras esquinas del mundo, y que no sabíamos estaban pobladas por seres extraordinarios, inmersos en situaciones que van más allá de lo insólito.
Conocí a Miyazaky buscando alternativas para distraer a mi hija de 6 años (hoy ya una adolescente) más allá de la estupidez oligofrénica de las princesas Disney, y desde entonces todos en la familia somos adictos al director japonés. Hayao Miyazaky ha hecho de mi vida cinéfila un emocionante y poético entretenimiento, de mi cerebro una sonrisa de tercer y cuarto ojo, y una agradecida satisfacción por poder disfrutar de su arte, el cual me lleva siempre de retorno a mi niña eterna y universal.
Conocí a Miyazaky buscando alternativas para distraer a mi hija de 6 años (hoy ya una adolescente) más allá de la estupidez oligofrénica de las princesas Disney, y desde entonces todos en la familia somos adictos al director japonés. Hayao Miyazaky ha hecho de mi vida cinéfila un emocionante y poético entretenimiento, de mi cerebro una sonrisa de tercer y cuarto ojo, y una agradecida satisfacción por poder disfrutar de su arte, el cual me lleva siempre de retorno a mi niña eterna y universal.
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