Todos los seres humanos deberíamos vivir como mi abuela, una muy buena mujer del oriente de mi país.
Mi nona, como le decíamos tanto nietos como amigos acostumbraba ir a la misa dominical, y un día, casi al final del servicio religioso el cura preguntó:
-¿Cuántos de ustedes han perdonado a sus enemigos?
El 8o% levantó la mano menos mi dulce abuela, por lo que el sacerdote se dirigió a ella y delante de todos la interrogó:
-¿Usted no está dispuesta a perdonar a sus enemigos, doña Nelly?.
y ella respondió con mucho amor:
-yo no tengo enemigos.
Al cura esto le pareció muy extraño y volvió a preguntar
-Sra. Nelly, ¿Cuántos años tiene usted?
-87 años, dijo mi nona, y toda la congreción, admirada, se levantó para aplaudirla con entusiasmo. Entonces el sacerdote pidió a mi abuela Nelly pasar al púlpito para que aleccionara a los presentes en cuanto a cómo se puede llegar a viejo y no tener enemigos.
Mi hermosa abuela se dirigió a todos con gran humildad y dijo:
"es que todos esos hijos de puta ya se murieron"
Mi nona, como le decíamos tanto nietos como amigos acostumbraba ir a la misa dominical, y un día, casi al final del servicio religioso el cura preguntó:
-¿Cuántos de ustedes han perdonado a sus enemigos?
El 8o% levantó la mano menos mi dulce abuela, por lo que el sacerdote se dirigió a ella y delante de todos la interrogó:
-¿Usted no está dispuesta a perdonar a sus enemigos, doña Nelly?.
y ella respondió con mucho amor:
-yo no tengo enemigos.
Al cura esto le pareció muy extraño y volvió a preguntar
-Sra. Nelly, ¿Cuántos años tiene usted?
-87 años, dijo mi nona, y toda la congreción, admirada, se levantó para aplaudirla con entusiasmo. Entonces el sacerdote pidió a mi abuela Nelly pasar al púlpito para que aleccionara a los presentes en cuanto a cómo se puede llegar a viejo y no tener enemigos.
Mi hermosa abuela se dirigió a todos con gran humildad y dijo:
"es que todos esos hijos de puta ya se murieron"
(enviado por Andrés Camacho vía correo electrónico)