Votamos por él y.... ¡¡ganó!!
Alberto Montt quiso un día divertirse y compartir con sus amigos las viñetas que dibujaba para ellos, entonces decidió en el año 2006 abrir un blog con esos fines llamado "En dosis diarias", a partir de entonces se han acercado a su página no sólo sus más íntimos sino miles de persons que como yo votamos por él en 'The B0Bs', un site que premió a los mejores blogs en un concurso convocado en febrero de 2011, y en donde se presentaron 2.100 blogs para participar en 17 categorías, cuyos ganadores fueron dados a conocer el 11 de abril. En palabras de Alberto Montt su agradecimiento:
"Así es, después de días de intensas votaciones, ganamos el "People's Choice award". Gracias a todos quienes votaron por el blog a lo largo de este concurso. Este premio es de todos ustedes. Montt."
..y nosotros desde 'El Club de Las Neuronas Muertas' le contestamos: De nada brother, siempre apoyaremos eso que llamas en el perfil de tu blog "las idioteces que tengo en la cabeza", y que para nosotros son alimento para el humor, actos que obligan a la sonrisa y herramientas para la guasa, la sorna y la imprescindible ironía.
viernes, 22 de abril de 2011
Cómo encontré a mis hermanas por Internet
Aquellos que leyeron en El Club de Las Neuronas Muertas este post ya saben que mi padre, Alfredo Alvarado, fue un bailarín de tap dance, flamenco y otros zapateos que le ameritaron el título de "El Rey del Joropo"; un alias que también le sirvió para ser identificado ante la prensa cuando incursionó en atracos a bancos durante la década del cuarenta. Así mismo, deben saber los lectores de aquel post que Alfredo fue también escritor de teatro infantil, profesor de folklore y actor de dos películas que trataban sobre su vida. Pues bien, en el año 2008 un buen amigo me contó que vió publicado en internet algo nuevo sobre mi padre pero no recordaba dónde, ese mismo día, al llegar a casa coloqué en el buscador de Google el nombre de mi padre, y fue enorme mi sorpresa ver en el blog del periodista venezolano Oscar Yánez la siguiente nota:
De inmediato le escribí al sr. Yánez mi interés por esa mujer llamada Cecilia que resultó ser mi hermana y 8 meses después me contesta otra mujer diferente llamada Milagros, que también era mi hermana y no veía desde hacía 36 años, cuando yo era una adolescente:
De inmediato le escribí al sr. Yánez mi interés por esa mujer llamada Cecilia que resultó ser mi hermana y 8 meses después me contesta otra mujer diferente llamada Milagros, que también era mi hermana y no veía desde hacía 36 años, cuando yo era una adolescente:
No fue sino hasta septiembre de 2010 cuando las tres hermanas pudimos vernos un día en que hizo un tiempo de tormenta con vientos huracanados en la ciudad, lluvia de granizo y se dió un terremoto de 6,2 mientras celebrábamos el encuentro. Milagros (la del traje blanco y negro) quien fue educadora por muchos años, y Cecilia (de blusa con mangas amarillas) exitosa empresaria, tienen cada una un hermano varón (uno de ellos fallecido), también hijos de Alfredo, 3 hermanos ganados gracias a Internet.
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Felices los normales
Felices los normales, esos seres extraños,
Los que no tuvieron una madre loca, un padre borracho, un hijo delincuente,
Una casa en ninguna parte, una enfermedad desconocida,
Los que no han sido calcinados por un amor devorante,
Los que vivieron los diecisiete rostros de la sonrisa y un poco más,
Los llenos de zapatos, los arcángeles con sombreros,
Los satisfechos, los gordos, los lindos,
Los rintintín y sus secuaces, los que cómo no, por aquí,
Los que ganan, los que son queridos hasta la empuñadura,
Los flautistas acompañados por ratones,
Los vendedores y sus compradores,
Los caballeros ligeramente sobrehumanos,
Los hombres vestidos de truenos y las mujeres de relámpagos,
Los delicados, los sensatos, los finos,
Los amables, los dulces, los comestibles y los bebestibles.
Felices las aves, el estiércol, las piedras.
Pero que den paso a los que hacen los mundos y los sueños,
Las ilusiones, las sinfonías, las palabras que nos desbaratan
Y nos construyen, los más locos que sus madres, los más borrachos
Que sus padres y más delincuentes que sus hijos
Y más devorados por amores calcinantes.
Que les dejen su sitio en el infierno, y basta.
Roberto Fernández Retamar (La Habana, Cuba, 9 de junio de 1930)
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