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viernes, 8 de junio de 2012

Microondas para 'enfriar' manifestaciones: EE. UU. prueba su arma invisible antidisturbios



La infantería de marina de Estados Unidos ha llevado a cabo la primera prueba en público de su nuevo armamento no letal: un sistema de repulsión activa o ADS (según sus siglas en inglés). Se trata de un 'cañón' que dispara un haz de microondas a una distancia de hasta mil metros y que provoca un calentamiento tan molesto que obliga al 'blanco' a huir asustado.

Según Tracy Tafolla, la directora de la empresa Directorado Сonjunto de Armas No Letales, este ingenio antidisturbios es el más seguro de todos fabricados hasta la fecha. "No lo ves, no lo oyes, no lo hueles. Sólo lo sientes", dijo.

Varios periodistas que asistieron al ensayo del prototipo comentaron que los rayos que emite el arma te hacen sentir como si estuvieras en un horno. Para prevenir posibles daños a la salud, el rayo se apaga automáticamente tras permanecer activo durante tres segundos.

En resultado, de las más de 11.000 personas que participaron en los test, dos de ellas sufrieron quemaduras de segundo grado.

Según sus creadores, el arma es mucho más segura que los gases lacrimógenos y las balas de goma aplicadas hoy en día. El Pentágono aún no ha encargado la nueva arma, pero los fabricantes aseguran que todo está listo para su aplicación.

Fuente: Sott.net

martes, 1 de mayo de 2012

Hablando con Chomsky sobre Occupy Wall Street y poder corporativo + fotos del 1° de mayo


Un manifestante del movimiento Ocupa en Londres ofrece una flor a un transeúnte durante una protesta el 1° de mayo, realizada en la estación de tren en Liverpool Street, Londres, Reino Unido. El movimiento Ocupa de Wall Street, convocó a nivel mundial una jornada contra la avaricia, el abuso de poder y la riqueza en manos del 1%. Foto Chris Ratcliffe / Bloomberg. Imagen tomada de Boston.com

Por
Laura Flanders para CounterPunch

Noam Chomsky no solo ha estado observando el movimiento Ocupa. Veterano de
los
movimientos por los derechos civiles, contra la guerra y contra intervenciones de los años sesenta hasta los ochenta, ha dado conferencias en 'Ocupa Boston' y ha hablado con miembros Ocupa en todos los EE.UU. Una nueva publicación de Occupied Media Pamphlet Series presenta en conjunto de varias de esas conferencias, un discurso sobre “política exterior de ocupación” y un breve tributo a su amigo y compañero de agitación Howard Zinn.

Sus discursos, y esta conversación, dejan claro que el autor y profesor emérito del MIT está impresionado por las espontáneas comunidades cooperativas creadas por algunos campamentos Ocupa, así como por el impacto político del movimiento.

Somos una nación cuyos dirigentes siguen políticas equivalentes al “suicidio” económico, dice Chomsky. Pero hay destellos de posibilidad en cooperativas de trabajadores y otros espacios en los que la gente percibe el gusto por otra forma de vivir.

Hablamos en su oficina, para Free Speech TV el 24 de abril.

LF: Comencemos por la visión general. ¿Cómo describe, históricamente, la situación en la que nos encontramos?

NC: Existe una crisis o un retorno a la norma de estancamiento. Un punto de vista es que la norma es el estancamiento y que ocasionalmente se logra salir de él. La otra es que la norma es crecimiento y que ocasionalmente se puede caer en el estancamiento. Se puede discutir al respecto, pero es un período de estancamiento casi global. En las principales economías capitalistas, Europa y EE.UU., el crecimiento es bajo, hay estancamiento y una diferencia muy aguda en los ingresos, un cambio –un cambio impactante– de la producción a la financiarización (1).

Un teniente de la policía blande su bastón contra un activista 'Ocupa Wall Street' el 1 de mayo de 2012, en Nueva York. Foto Mary Altaffer / Associated Press. Imagen tomada de Boston.com

EE.UU. y Europa están cometiendo suicidio de diferentes maneras. En Europa es la austeridad en medio de la recesión y es seguro que será un desastre. Ahora hay una cierta resistencia a eso. En EE.UU., es esencialmente la deslocalización de la producción y la financiarización y liberarse de la población superflua mediante el encarcelamiento. Es un subtexto de lo que pasó en Cartagena (Colombia) la semana pasada con el conflicto de la guerra contra la droga. Latinoamérica quiere descriminalizar por lo menos la marihuana (tal vez más, por cierto) EE.UU. quiere mantenerla criminalizada. Una historia interesante. Me parece que no hay una salida fácil…

LF: ¿Y en lo político…?

NC: También hay diferencias. En Europa hay un peligroso crecimiento de la ultra xenofobia que es bastante amenazante para cualquiera que recuerde la historia de Europa… y un ataque contra los restos del Estado de bienestar. Cuesta interpretar la política de austeridad en medio de la recesión como otra cosa que un ataque contra el contrato social. De hecho, algunos dirigentes lo dicen directamente. Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo tuvo una entrevista con el Wall Street Journal en la cual dijo que el contrato social está muerto; que finalmente nos libramos de esa situación.

Una manifestante 'Ocupa' se enfrenta a un oficial de policía durante una manifestación del 1 de mayo de 2012 en las calles de Oakland, California como parte de las jornadas de protesta realizadas en EE.UU. Foto de Jana Asenbrennerova / Reuters. Imagen tomada de Boston.com

En EE.UU., ante todo, el sistema electoral ha sido casi totalmente destrozado. Durante mucho tiempo ha estado en gran parte controlado por gastos privados concentrados, pero ahora se desbordó. Con el paso de los años las elecciones se han convertido en espectáculos [de relaciones públicas]. Lo comprendió la industria de la publicidad en 2008, dio a Barack Obama el premio de mercadeo del año. Este año es solo una ficción.

El Partido Republicano ha abandonado en gran parte cualquier pretensión de ser un partido político tradicional. Marcha a paso trabado con los muy ricos, los súper ricos y el sector corporativo. No se pueden conseguir votos de esa manera, por lo que tiene que movilizar a otro sector del electorado. Siempre ha existido, pero pocas veces ha sido movilizado políticamente. Lo llaman la derecha religiosa, pero básicamente es la población religiosa extrema. EE.UU. está fuera del espectro en compromiso religioso. Ha estado aumentando desde 1980, pero ahora es una parte importante de la base votante del Partido Republicano, por lo tanto significa comprometerse con posiciones antiaborto, oponerse a los derechos de las mujeres… EE.UU. es un país [en el cual] un 80% de la población piensa que la Biblia fue escrita por Dios. Cerca de la mitad cree que cada palabra es verdad. De modo que tenía que apelar a eso y a la población "nativista", la gente que está atemorizada, que siempre lo ha estado… Es un país muy atemorizado y eso aumenta ahora con el reconocimiento de que la población blanca será bastante pronto una minoría, “nos han quitado nuestro país”. Son los republicanos. Ya no hay republicanos moderados. Ahora son demócratas centristas. Por cierto los demócratas derivan hacia la derecha, siguiéndolos. Los demócratas han renunciado en gran parte a la clase trabajadora blanca. Requeriría un compromiso con temas económicos y no es su preocupación.

Un manifestante es detenido por la policía en el palacio de Justicia, Condado de Alameda en Oakland, California durante una manifestación por el Día Internacional de los Trabajadores contra la desigualdad económica y la corrupción política. Foto de Eric Thayer / Getty Images. Imagen tomada de Boston.com

LF: Usted describe Ocupa como la primera reacción organizada a una guerra de clases de treinta años…

NC: Es una guerra de clases, y también un guerra contra los jóvenes… por eso los costes de educación aumentan tan rápido. No existe una verdadera razón económica para eso. Es una técnica de control y adoctrinamiento. Y esta es realmente, la primera reacción organizada, significativa, lo que es importante.

LF: ¿Son adecuadas las comparaciones con la Primavera Árabe?

NC: Un punto de similitud es que ambas son reacciones ante las víctimas causadas por los programas neoliberales. Tienen un efecto diferente en un país pobre como Egipto y un país rico como EE.UU. Pero son similares en su estructura. En Egipto los programas neoliberales han significado crecimiento estadístico, que justo antes de la Primavera Árabe era una especie de modelo para el Banco Mundial y el FMI (Fondo Monetario Internacional]: la maravillosa administración económica y gran reforma. El único problema era que para la mayor parte de la población fue como un golpe en el plexo solar: los salarios bajaban, las prestaciones se eliminaban, los subsidios para alimentos habían desaparecido, y mientras tanto había una alta concentración de la riqueza y mucha corrupción.

En esto tenemos una analogía estructural –de hecho lo mismo vale para Suramérica– algunos de los eventos más dramáticos de la última década (y lo vimos de nuevo en Cartagena hace un par de semanas), Latinoamérica se vuelve hacia la independencia por primera vez en quinientos años. No es poco decir. Y la Primavera Árabe comenzaba a seguir el ejemplo. Hay una contrarrevolución en los países de Medio Oriente/Norte de África (MENA) que la está haciendo retroceder, pero hubo progresos. En Suramérica [hubo progresos sustanciales] y lo mismo sucede en la Primavera Árabe y tiene un efecto contagioso, estimuló el movimiento Ocupa y existen interacciones.


Un oficial de policía echa gas pimienta en el rostro de un manifestante 'Ocupa' en Seattle, el Primero de Mayo de 2012. Foto: Stuart Isett / Bloomberg. Imagen tomada de Boston.com

LF. En los medios, hubo mucha confusión en la cobertura de Ocupa. ¿Existe una contradicción entre anarquismo y organización? ¿Puede aclararlo?

NC: Anarquismo significa todo tipo de cosas para diferentes personas, pero los movimientos anarquistas tradicionales se basaron en que habría una sociedad altamente organizada, solo organizada desde abajo con participación directa, etc. En realidad, buena parte de la confusión en los medios tiene su base porque realmente hay dos líneas diferentes en el movimiento ocupa, ambas importantes, pero diferentes.

Una se orienta a la política: qué objetivos políticos [queremos]. Regular los bancos, excluir el dinero de las elecciones; aumentar el salario mínimo, temas ecológicos. Son todos muy importantes y el movimiento Ocupa tuvo impacto. Cambió no solo el discurso sino, en cierto grado, la acción por esos temas.

La otra parte es solo crear comunidades, algo extremadamente importante en un país como este, que está muy atomizado. La gente no se habla. Uno está solo con su televisor o Internet. Pero no se puede tener una democracia que funcione sin lo que los sociólogos llaman “organizaciones secundarias”, sitios en los que la gente se pueda encontrar, planificar, hablar y desarrollar ideas. No se puede hacer por sí solo. El movimiento Ocupa creó espontáneamente comunidades que enseñaron algo a la gente: se puede estar en una comunidad de apoyo de ayuda mutua y cooperación y desarrollar su propio sistema sanitario y bibliotecas y tener espacio abierto para discusión y participación democrática. Las comunidades semejantes son realmente importantes. Y tal vez sea lo que causa la confusión en los medios… porque se trata de las dos cosas.

Ricky Evangelio protesta mientras trabaja en su carrito de helados, durante una marcha del 1 de Mayo en Chicago. Foto de Scott Olson / Getty Images. Imagen tomada de Boston.com

LF: ¿Es el motivo por el cual los mismos medios ignoran la violencia contra mujeres, exageran las historias sobre supuestas violaciones y violencia en los campamentos de Ocupa Wall Street?

NC: Es un práctica estándar. Cada vez que quieren denigrar un movimiento escogen ese tipo de cosas. O es eso, o vestimentas extravagantes o algo semejante. Recuerdo que en los años sesenta, hubo una manifestación que fue de Boston a Washington y la televisión mostró a una joven con un sombrero divertido y extraño, una cosa o la otra. Había un canal independiente en Washington y efectivamente, mostró a la misma mujer. Es lo que andaban buscando. Tratan de mostrar lo que es tonto e insignificante y violento si es posible, y en cualquier sitio se encuentra un sector marginal semejante.

Les sería muy difícil prestar atención al núcleo real del movimiento. Concentrarse, por ejemplo, en los temas políticos o la creación de comunidades democráticas de apoyo mutuo que funcionan y decir, bueno, es lo que falta en nuestro país y por eso no tenemos una democracia que funciona, una comunidad de verdadera participación. Eso es realmente importante. Y siempre se oculta.

En Barcelona, España la gente protesta en una manifestación del Primero de Mayo en momentos en que el presidente Rajoy y su partido PP implantan un modelo económico basado en una profunda desigualdad social (y económica) cuyas consecuencias son una inmensa pobreza para los ciudadanos españoles y sus familias. Foto de Josep Lago / AFP / Getty Images. Imagen tomada de Boston.com

Tomemos, por ejemplo, a Martin Luther King. Escuche los discursos del Día MLK y todo es “tengo un sueño”. Pero él tenía otro sueño y lo presentó en su último discurso en Memphis, justo antes de que lo asesinaran. En el cual dijo algo sobre que él era como Moisés y podía ver la tierra prometida pero cómo no vamos a llegar a ella. Y la tierra prometida eran políticas y desarrollos que encaren la pobreza y la represión, no racial, sino del movimiento de los pobres. Directamente después de eso [el asesinato] hubo una marcha, [King] iba a encabezarla. Coretta Scott King la encabezó. Comenzó en Memphis y fue por todo el Sur a diferentes sitios donde habían luchado en la batalla por los derechos civiles y terminó en Washington DC y establecieron una ciudad de carpas, Resurrection Park, y el congreso ‘liberal’ llamó a las fuerzas de seguridad. El congreso más ‘liberal’ de la historia. Irrumpieron en plena noche y destruyeron Resurrection Park y los expulsaron de la ciudad. Así encaran los movimientos populares que amenazan…

LF: Pensando en Memphis, donde el Dr. King estaba apoyando a trabajadores del alcantarillado en huelga, ¿qué piensa sobre el futuro del movimiento sindical?

NC: El movimiento se liquidó en gran parte en los años veinte, casi lo destruyeron. Se reanimó en los años treinta y fue muy importante. A fines de los años treinta el mundo empresarial ya estaba tratando de encontrar maneras de derrotarlo. Tuvieron que esperar durante la guerra, pero comenzaron inmediatamente después. Taft Hartley fue en 1947, luego llega una inmensa campaña de propaganda corporativa que en gran parte se orientaba contra los sindicatos: por qué son malos y destruyen la armonía y la amistad en EE.UU. Con el paso de los años tuvieron efecto. El movimiento sindical reconoció demasiado tarde lo que estaba ocurriendo. Luego volvieron a empezar con Reagan.

Protesta del Primero de Mayo en Chicago. Foto John Gress / Reuters. Imagen tomada de Boston.com

Llegó Clinton; empleó una técnica diferente para romper los sindicatos. Se llamó NAFTA (Acuerdo de Libre Comercio de Norteamérica). Bajo el NAFTA hubo de nuevo un fuerte aumento en el bloqueo ilegal de esfuerzos de organización. Se colocaba un letrero: Vamos a transferir las operaciones a México… Es ilegal pero si se tiene un Estado criminal, no importa.

El resultado final es que la sindicalización en el sector privado ha bajado prácticamente a siete por ciento. Mientras tanto los sindicatos en el sector público se han mantenido de alguna manera [a pesar de estar] bajo ataque, pero en los últimos años, ha habido un fuerte [aumento del] ataque contra sindicatos en el sector público, en los cuales ha participado Barack Obama. Cuando se congela los salarios de trabajadores federales, es equivalente a gravar a gente del sector público…

LF: ¿Y ataques a la negociación colectiva?

NC: Los ataques a la negociación colectiva en Wisconsin [forman parte de] toda una serie de ataques porque es un ataque a una parte del movimiento sindical que estaba protegida por el sistema legal como un residuo del Nuevo Trato y de la Gran Sociedad, etc.

En Grecia un manifestante grita consignas en el centro de Atenas para conmemorar las celebraciones del Primero de Mayo. Foto de Aris Messinis / AFP / Getty Images. Imagen tomada de Boston.com

LF: ¿De modo que los sindicatos tienen futuro?

NC: Bueno, no es peor que en los años veinte. Hubo un movimiento sindical militante muy activo en la última parte del Siglo XIX, hasta principios del Siglo XX. [Fue] aplastado por Wilson y la amenaza comunista. En los años veinte llegaban visitantes derechistas de Inglaterra y simplemente se horrorizaban de cómo se trataba a los trabajadores. Había desaparecido en gran parte. Pero en los años treinta no solo se reanimó, fue el elemento central en el logro del Nuevo Trato. La Organización del CIO y las huelgas de brazos caídos que fueron realmente aterradoras para la administración porque eran un paso antes de decir “Bueno. Adiós, vamos a dirigir la fábrica”. Y fue un gran factor en significativas medidas del Nuevo Trato que no fueron triviales sino que tuvieron mucha importancia.

Luego, después de la guerra, comienza el ataque, pero es una batalla constante durante toda la historia de EE.UU. Es la historia de este país y también la historia de cualquier otro país, pero sucede que EE.UU. tiene una historia sindical excepcionalmente violenta. Cientos de trabajadores fueron asesinados aquí en una época que fue simplemente desconocida en Europa o Australia…

LF: ¿Cuál es, a su juicio, el objetivo Número Uno del poder en la actualidad? ¿Son las corporaciones, el Congreso, los medios, los tribunales?

NC: Los medios son corporaciones, por lo tanto… Las concentraciones del poder privado tienen enorme, no total, pero enorme influencia en el Congreso y la Casa Blanca, y eso aumenta fuertemente con la fuerte concentración del poder privado y el aumento del coste de las elecciones, etc.

LF: Mientras hablamos, hay acciones en marcha emprendidas por los accionistas que tienen lugar en Detroit y San Francisco. ¿Son buenos objetivos, valen la pena?

NC: Están bien, pero recuerde, la propiedad de las acciones en EE.UU. está muy concentrada. [Acciones de presión de los accionistas son] algo, pero es como el viejo Partido Comunista en la URSS, sería bueno ver más protesta dentro del Partido Comunista pero no es democracia. No va a suceder. [Las acciones emprendidas por los accionistas] son un buen paso, pero son en su mayoría simbólicas. ¿Por qué no? No existe un principio económico que diga que la administración deba responder ante los accionistas.

En Santiago de Chile un participante de la marcha del primero de mayo es rociado por un violento cañón de agua. durante una marcha de Mayo en Santiago de Chile el 1 de mayo. Los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y los disturbios empañaron la manifestación para conmemorar el Día Internacional del Trabajo. Foto de Luis Hidalgo / Associated Press. Imagen tomada de Boston.com.

LF: Pero se oye decir todo el tiempo que según la ley, se requiere que el director ejecutivo aumente los dividendos entre los accionistas.

NC: Es una especie de compromiso secundario del director ejecutivo. El primer compromiso es aumentar su salario. Una de las formas de aumentar su salario es lograr beneficios a corto plazo pero hay muchas otras maneras. En los últimos treinta años ha habido cambios legales muy sustanciales a la gobernanza de modo que los directores ejecutivos ahora eligen en gran parte los consejos que les otorgan salarios y bonificaciones. Es uno de los motivos por los cuales [la ratio] de directores ejecutivos en relación con la paga ha aumentado de modo tan agudo en este país en comparación con Europa. (Son sociedades similares y allá es bastante malo, pero aquí nos encontramos en la estratosfera). No existe una razón particular para que sea así. El director ejecutivo también podría ser responsable ante las partes interesadas –o sea los trabajadores y la comunidad. Eso presupone que debería haber una administración ¿pero por qué iba a haber una administración? ¿Por qué la dirección de la industria no está en manos de las partes interesadas?

LF: Las cooperativas de trabajadores son un movimiento creciente. Una pregunta que oigo es ¿provendrá un cambio de propiedad si no se cambia el paradigma de los beneficios?

NC: Es como preguntar si la votación de los accionistas es una buena idea, o si la regla de Buffet es una buena idea. Sí, es un buen paso, un pequeño paso. La propiedad de los trabajadores dentro de un sistema capitalista de Estado, semi-mercado, es mejor que la propiedad privada pero tiene problemas inherentes. Los mercados tienen ineficiencias inherentes bien conocidas. Son muy destructivas. La obvia, en un sistema de mercado, en uno que funcione realmente, es que quien quiera que tome las decisiones no presta atención a lo que se llama externalidades, los efectos sobre otros. Te vendo un coche, si tus ojos están abiertos llegaremos a un buen negocio para nosotros pero no estamos preguntando cómo afectará [allá]. Habrá más congestión, los precios de la gasolina aumentarán, habrá efectos ecológicos y eso se multiplica por toda la población. Bueno, es algo muy serio.

Considere la crisis financiera. Desde que la regulación del Nuevo Trato fue esencialmente desmantelada, ha habido crisis financieras regulares y una de las razones fundamentales, se entiende, es que el director ejecutivo de Goldman Sachs o CitiGroup no presta atención a lo que se llama riesgo sistémico. Tal vez realiza una transacción arriesgada y se cubre contra sus propias pérdidas potenciales, pero no toma en cuenta el hecho de que si se derrumba puede derrumbar todo el sistema. Es lo que es un crac financiero.

El ejemplo mucho más serio de esto es el impacto ecológico. En el caso de instituciones financieras, cuando se derrumban, el contribuyente llega al rescate, pero si se destruye el medio ambiente nadie llegará a rescatarlo.

EnlaceUn asistente a la marcha del primero de mayo en Santa Mónica, California porta una pancarta con memes de internet y lleva puesta la máscara de Guy Fawkes. Foto de Lucy Nicholson / Reuters. Imagen tomada de Boston.com

LF: Por lo tanto suena como si usted pudiera apoyar algo como el modelo Cleveland donde la propiedad de la compañía está realmente en manos de los miembros de la comunidad así como de los trabajadores…

NC: Es un paso adelante pero hay que ir más lejos para desmantelar el sistema de producción por beneficios en lugar de la producción para su uso. Eso significa desmantelar por lo menos grandes partes de los sistemas de mercado. Tome el caso más avanzado: Mondragon. Es propiedad de los trabajadores, no está administrado por los trabajadores, aunque la administración proviene a menudo de la fuerza laboral, pero está en un sistema de mercado y todavía explotan a trabajadores en Suramérica y hacen cosas dañinas para la sociedad en su conjunto, y no tienen otra alternativa. Si se está en un sistema en el cual hay que hacer beneficios para sobrevivir se está obligado a ignorar externalidades negativas, los efectos sobre los demás.

Los mercados también tienen un pésimo efecto psicológico. Llevan a la gente a una concepción de sí mismos y de la sociedad en la cual solo se persigue el propio bien, no el bien de otros y eso es extremadamente dañino.

LF: ¿Ha probado alguna vez un sistema que no sea de mercado –un destello de optimismo– o de cómo podríamos vivir?

NC: Una familia que funciona por ejemplo, son grupos más grandes, cooperativas son un ejemplo. Ciertamente se puede hacer. La mayor que conozco es Mondragon pero hay muchas y se podrían hacer muchas más. Aquí mismo en Boston, en uno de los suburbios hace unos dos años, había una empresa pequeña pero lucrativa que construía equipamiento de alta tecnología. La multinacional que poseía la compañía no quería mantenerla en sus libros por lo tanto decidió cerrarla. La fuerza laboral y el sindicato UE (Trabajadores Eléctricos Unidos) ofrecieron comprarla, y la comunidad los apoyó. Podría haber funcionado si hubiera tenido apoyo popular. Si hubiera habido un movimiento Ocupa en aquel entonces, pienso que habría sido una gran cosa para que se concentrara en ese caso. Si hubiera funcionado habría habido otra empresa lucrativa, de propiedad de los trabajadores y dirigida por trabajadores. Ya hay una buena cantidad de algo semejante en el país. Gar Alperovitz ha escrito al respecto, Seymour Melman ha trabajado con ellos. Jonathan Feldman trabajó en esas cosas.

Son ejemplos reales y no veo por qué empresas semejantes no puedan sobrevivir. Por cierto van a ser rechazadas. El sistema del poder no las quiere, igual que no quiere una democracia popular, más que cómo los Estados de Medio Oriente y Occidente van a tolerar la Primavera Árabe… Van a tratar de rechazarlas.

En la plaza central de Bogotá, Colombia la policía antidisturbios es salpicada por bolas de pintura de los manifestantes estudiantiles durante enfrentamientos en el Día Internacional de los Trabajadores o Primero de mayo. Foto de José Miguel Gómez / Reuters. Imagen tomada de Boston.com.

LF: Trataron de derrotar las huelgas de brazos caídos en los años treinta. Lo que olvidamos es que comunidades enteras se movilizaron para apoyar esas huelgas. En Flint, cordones de mujeres se colocaron entre los huelguistas y la policía.

NC: Vuelva atrás un siglo, a Homestead, la ciudad dirigida por trabajadores, tuvieron que enviar a la Guardia Nacional para destruirlos.

LF: Trayvon Martin. ¿Puede haber durante algunos minutos sobre el papel del racismo y de la violencia racial en el tema del que hemos estado hablando? Alguna gente piensa que la lucha contra el racismo es algo separado del trabajo por temas económicos.

NC: Bueno, ya sabe, existe evidentemente un serio problema racial en el país. Basta con echar una mirada a lo que sucede en las comunidades afroestadounidenses. Por ejemplo la riqueza, la riqueza en las comunidades afroestadounidenses es casi nula. La historia es impresionante. Considere la historia de los afroestadpunidenses en EE.UU. Ha habido unos treinta años de relativa libertad. Hubo una década después de la Guerra Civil y antes de que el compacto norte/sur volviera esencialmente a criminalizar la vida negra. Durante la Segunda Guerra Mundial se necesitó mano de obra libre por lo tanto hubo una liberación de la fuerza laboral. Los negros se beneficiaron de ella. Duró unos treinta años, el gran período de crecimiento en los años cincuenta y sesenta, de modo que un negro podía conseguir un puesto de trabajo en una planta automovilística y comprar una casa y enviar a sus hijos a la universidad y entrar de alguna manera al mundo, pero al llegar los años setenta se acabó.

Con el cambio radical de la economía, la fuerza laboral, que es en parte blanca pero también en gran parte negra, básicamente llegó a ser superflua. Mire lo que pasó, volvimos a criminalizar a los negros. Las tasas de encarcelamiento desde los años ochenta han llegado al cielo, sobre todo hombres y mujeres negros, y latinos en cierta medida. Esencialmente rehaciendo lo que sucedió durante la Reconstrucción. Es la historia de los afroestadounidenses, por lo tanto, cómo puede haber alguien que diga que no hay ningún problema. Seguro, el racismo es serio, pero es peor que eso…

Un miembro del movimiento Ocupa londinense permanece acostado en el piso delante de un oficial de policía en Paternoster Square durante las protestas del primero de mayo en Londres, Inglaterra. Foto de Dan Kitwood / Getty Images. Imagen tomada de Boston.com.

LF: Hable de los medios. A menudo discernimos el sesgo en la información sobre un caso particular, pero podría hablar de un modo más amplio sobre la manera en que nuestros medios "monetarizados" muestran el poder, la democracia, el papel del individuo en la sociedad y de qué manera tiene lugar ese cambio…

NC: Bueno, no quieren que ocurra un cambio… Están en el centro del sistema de poder y dominación. Ante todo, los medios son corporaciones, partes de grandes corporaciones, están vinculados muy estrechamente a otros sistemas de poder en lo personal y en sus intereses y antecedentes sociales, y todo lo demás. Naturalmente tienden a ser reaccionarios.

LF: Pero de cierto modo nos dan una medida del tiempo. Si el cambio no ha ocurrido en diez minutos, no va a ocurrir.

NC: Bueno, es una técnica de adoctrinamiento. Es algo que he aprendido de mi propia experiencia. Una vez hubo una entrevista con Jeff Greenfield en la cual le preguntaron por qué yo nunca fui invitado a Nightline. Dio una buena respuesta. Dijo que la principal razón es que yo carecía de concisión. Yo nunca había escuchado esa palabra. Hay que tener concisión. Hay que decir algo breve entre dos anuncios comerciales.

Mientras tanto en México el primero de mayo de 2012....

¿Qué se puede decir que sea breve entre dos anuncios comerciales? Puedo decir que Irán es un Estado terrible. No necesito ninguna evidencia. Puedo decir que Gadafi impone el terror. Suponga que trato de decir que EE.UU. hace terrorismo, que de hecho es uno de los principales Estados terroristas del mundo. No se puede decir eso entre anuncios comerciales. La gente quiere saber correctamente lo que se quiere decir. Nunca lo han escuchado antes. Entonces hay que explicar. Hay que suministrar antecedentes. Es exactamente lo que se corta. La concisión es una técnica de propaganda. Asegura que no se haga nada fuera de repetir clichés, la doctrina estándar, o que suene como si fuera un lunático.

LF: ¿Y la concepción del poder de los medios? Quién lo tiene, quién no lo tiene y cuál es nuestro papel si no somos, digamos, presidentes o directores ejecutivos.

NC: Bueno, no solo los medios, también vale en gran parte para el mundo académico, el cuadro es que nosotros, la principal democracia del mundo, el fanal de la libertad y los derechos y la democracia. El hecho es que la participación democrática es aquí extremadamente marginal, que no entra [en la información de los medios]. Los medios condenarán las elecciones en Irán, correctamente, porque los candidatos tienen que ser aprobados por los clérigos. Pero no señalan que en EE.UU. [los candidatos] tienen que ser aprobados por altas concentraciones de capital privado. No se puede ser candidato en una elección a menos que uno pueda reunir millones de dólares.

Un caso interesante es ahora mismo. Esto sucede en el 50 aniversario de la invasión de Vietnam del Sur por EE.UU., la peor atrocidad en el período de posguerra. Mató a millones de personas, destruyó cuatro países, una historia de horror total. Ni una palabra. No ocurrió porque “nosotros” lo hicimos. Por lo tanto no ocurrió.

Tomemos el 11-S. Significa algo en EE.UU. El “mundo cambió” después del 11-S. Bueno hagamos un ligero experimento con el pensamiento. Supongamos que el 11-S los aviones hubieran bombardeado la Casa Blanca… supongamos que hubieran matado al presidente, establecido una dictadura militar, matado rápidamente a miles, torturado a otras decenas de miles, establecido un importante centro internacional terrorista que realiza asesinatos, derrocado gobiernos por todas partes, instalado otras dictaduras, y lleva al país a una de las peores depresiones en su historia y tuvo que recurrir al Estado para el rescate. Supongamos que eso hubiera ocurrido. Ocurrió. En el primer 11-S en 1973. Excepto que los responsables fuimos nosotros, por lo tanto no ocurrió. Es en el Chile de Allende. Es imposible imaginar que los medios hablen al respecto.

Y se puede generalizar ampliamente. Lo mismo es en gran parte cierto en el mundo académico –excepto en los márgenes– es definitivamente un hecho en la corriente dominante del mundo académico. En ciertos aspectos la crítica de los medios es algo engañosa [porque no constituyen la única institución de influencia] y por cierto, interactúan estrechamente.

LAURA FLANDERS es presentadora del Laura Flanders Show que se presentará en canales de la televisión pública más adelante, en este año. Fue presentadora y fundadora de GRITtv.org. Sígala en: Twitter: @GRITlaura.

(1). Financiarización: "Las reformas estructurales llevadas a cabo a partir de la década de los setenta, así como el final de Bretton Woods, dieron inicio a un nuevo contexto internacional donde el ámbito financiero comenzó a dominar y determinar el funcionamiento del ámbito productivo. Esta nueva configuración de las relaciones entre el sistema productivo y el sistema financiero es el pilar de lo que muchos autores han llamado la financiarización."


Fuentedel texto: www.counterpunch.org
Fuente de las imágenes: Boston.com


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-Entrevista: Análisis de Noams Chomsky de los documentos norteamericanos revelados por WikiLeaks.
-Lista de las “10 Estrategias de Manipulación” a través de los medios, por el prestigioso lingüista Noam Chomsky

jueves, 5 de abril de 2012

"Que tu vida sea una fricción para detener la máquina", breve historia de los EE.UU, (video)


Encontré un video excelente que narra en forma breve y magistral la historia de los Estados Unidos pero, aún no circula en la red con los subtítulos en español. Sin embargo, existen varios blogs que tienen la traducción al español del video. No te lo pierdas pues estoy segura que te interesará sobremanera saber lo que hay detrás del llamado Mito estadounidense, ése que proclama insistentemente a todos sus ciudadanos y a todas las naciones del mundo -invadidas o no- que Estados Unidos busca la igualdad para la humanidad entera, y que los propósitos de ese país para con el mundo son "nobles en sus intenciones y esencialmente benevolentes". Un mito sustentado y remachado de tal forma en las identidades de los estadounidenses, que al dudar de tal creencia es como si también dudasen de sí mismos.

En este video se devela de qué manera se sustenta el mito de "
la benevolencia altruista y heroica de los EE.UU" a través de imágenes que atraparán completamente tu atención, imágenes que te mostramos por medio de algunas capturas de pantallas hechas al video, y que son una pequeña muestra del contenido visual de este excelente documento. Anímate a ver el video completo porque estoy segura que no te arrepentirás.

Transcripción


"La pesadilla y la locura son semejantes: estados misteriosos e involuntarios que sesgan y distorsionan la realidad objetiva. Se despierta de la pesadilla; de la locura no se despierta.

La pregunta esencial de nuestra era es si los estadounidenses viven en un estado o el otro.

Durante doscientos años se ha adoctrinado a los estadounidenses con una mitología creada, impuesta y sustentada por una cábala manipuladora: la elite financiera que basó su control absoluto en la fuerza y la sangre, la buena voluntad, la ignorancia y la credulidad de de su ciudadanía.

EE.UU. comenzó con la invasión de un continente poblado y el genocidio de su pueblo nativo. Una vez establecido sólidamente, injertó la esclavización de otra raza sobre esa base.

Con esos dos pilares del Estado firmemente en su sitio se declaró una nación independiente en un documento que proclamaba noblemente la igualdad de toda la humanidad.

Con ese acto de monumental hipocresía comenzó el mito de EE.UU.

...



Se escribió una constitución que llegó a considerarse la Escritura Sagrada Estadounidense. Sus propósitos iniciales eran la defensa de la propiedad privada y la supresión de la democracia de masas. Ha cumplido esos dos mandatos más allá de los sueños más osados de sus creadores.

Una vez que la oligarquía existente se aseguró legalmente y se exterminó a la mayoría del pueblo nativo, la clase gobernante aumentó fantásticamente su riqueza y poder en el Siglo XIX, utilizando al gobierno como una herramienta suya, explotando hasta el límite el mecanismo de las corporaciones legalmente constituidas.

Con su fenomenal poder del dinero, la elite financiera comenzó a utilizar a los militares para expandir su influencia más allá del continente. Anexionaron, invadieron y poseyeron directamente regiones territorios, islas y países enteros aplastando, reprimiendo y gobernando a sus poblaciones.

Los estadounidenses de a pie, como cualquier pueblo, necesitan creer que sea lo que sea lo que emprende la elite gobernante en nombre de su nación es esencialmente benevolente, noble en sus intenciones y justificado en los hechos, así que hubo que modificar radicalmente el mito para llevar a cabo la expansión imperial.


La historia fundacional fue que los estadounidenses habían llegado a una tierra de nadie repleta de salvajes impíos, y mediante su invencible fuerza de carácter, determinación y pureza, amansaron el país y ganaron de forma honorable en derecho a poseer su dadivoso hogar.

En la era de expansión extra-territorial esa versión se pulió para justificar y ennoblecer el imperialismo. El nuevo corolario era que EE.UU. no podía ignorar la brutalidad colonial pero se veía obligado por el Destino Manifiesto que nos condujo a civilizar nuestro propio continente, a realizar nuestra misión en la aterradora oscuridad dondequiera que la tiranía creara abuso y sufrimiento.

Un mito nacional que agrupa absolutamente la lealtad de un pueblo a su gobierno debe ser un sutil y poderoso elixir que eleva y aumenta la autoestima de ese pueblo. La política parecerá entonces una extensión de la voluntad innata de su superior ciudadanía y la base de una arrogancia justificada hacia el mundo inferior.

El simple y poderoso mito de la benevolencia altruista y heroica de EE.UU., formado y mantenido por la elite financiera/política del poder, inculcó a los estadounidenses un profundo y escandalosamente egotista sentido de superioridad racial que, movilizado en apoyo a diversas empresas imperiales, ha dado a todas esas aventuras el carácter de una cruzada casi religiosa. De esta manera, el imperialismo insaciable adquiere la aparente perfección moral de un silogismo.

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Con la Segunda Guerra Mundial, el mundo se volvió a configurar. El capitalismo estadounidense emergió supremo del horror que prácticamente había destrozado a sus socios capitalistas. La Unión Soviética, sin embargo, después de haber sufrido de lejos la mayor devastación por parte de la Alemania nazi, había emergido sorprendentemente de su ruina para convertirse en el principal desafío a EE.UU. como potencia mundial.

Ese desafío no fue competitivo, fue sistémico: El comunismo soviético fue una amenaza directa a la hegemonía estadounidense porque refutaba categóricamente la base filosófica del capitalismo depredador. Basado en Marx y Lenin, atacaba los males inherentes del capitalismo, monstruosas desigualdades y flagrantes injusticias que, exacerbadas por la especulación, la explotación y el fraude, lo destruiría. Y promovía la revolución mundial con ese fin.

El enfrentamiento de gigantes en la Guerra Fría necesitó un ulterior refinamiento del mito estadounidense. Entonces, en lugar de simplemente intervenir en situaciones en las que despotismo o tiranía exigían que EE.UU. implantara por la fuerza su justa y ética democracia, EE.UU. tuvo que convertirse en el escudo y el bastión del sagrado sistema capitalista en el cual “la libre empresa” se identificó cada vez más, como por parte de magia, con la democracia, y había que defenderla de la misma manera.

Esta versión prevaleció durante numerosos enfrentamientos por encargo en todo el globo en la era de la Destrucción Mutuamente Asegurada y sobrevivió incluso a la debacle de Vietnam, durando hasta el colapso de la Unión Soviética, mientras la corriente de propaganda se hacía más intensa y dominante. La radio y la televisión sometieron a los estadounidenses a una ininterrumpida andanada de súper-patriotismo en la que la superioridad moral de EE.UU., es obvia y sus autoproclamados valores de generosidad y decencia son sus pruebas indiscutibles.

La implosión de la Unión Soviética dejó a EE.UU., en su propia terminología, como “Única Superpotencia en un Mundo Unipolar”. Esto, sin embargo, no llevó a una disminución del mito. El efecto práctico de la ausencia de un enemigo apocalíptico –en aquel entonces no era plausible presentar a China en ese papel– fue sobrecargarlo aumentando su elemento de puro egotismo. EE.UU. ya no tenía el papel de defender el “Mundo Libre” contra una herejía monstruosa; ahora, gracias a su beatífico “excepcionalismo”, universalmente reconocido, debía supervisarlo y controlarlo en función de los intereses, o en beneficio, de naciones inferiores.

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“El poder corrompe”, dijo Lord Mahan, “y el poder absoluto corrompe absolutamente”.

Cuando se desintegró el único rival y contrapeso del poder estadounidense, hubo una sensación dentro de la elite del poder de EE.UU. de que existía la oportunidad, por primera vez en la historia, de que un país dominara absolutamente y controlara efectivamente a todo el mundo.



Este consenso se expresó en una declaración política compuesta por un cuadro de importantes protagonistas derechistas que representan masivos intereses capitalistas corporativos llamado Proyecto para un Nuevo Siglo Estadounidense. Este manifiesto triunfalista trazó un plan para el acceso y control absoluto de EE.UU. de los recursos esenciales y materias primas en todo el mundo, garantizado por las fuerzas armadas que impondrían una Dominación de Espectro Completo.

El Mito Estadounidense, que parecía haber perdido ímpetu y su principio animador en la totalmente inesperada “victoria” en la Guerra Fría, ahora se activó con una esencia menos defensiva y reactiva, y recibió el brillante resplandor y la pátina de una auténtica y, por primera vez, autodeclarada y articulada, misión imperial.


El ataque a las Torres, una provocación inimaginable, fue el mecanismo detonador para el lanzamiento explosivo del esfuerzo para imponer en la práctica el modelo imperial en el mundo.

Indudablemente ha sido el fracaso más espectacular de la historia de la desgracia estadounidense. Después de una década marcada por el derroche de billones de dólares y de decenas de miles de vidas estadounidenses, la asombrosa bancarrota de esa nación robada desde el interior, y la resultante recesión más dañina que la Gran Depresión, EE.UU. Imperial no vio nada que recompensara la demencia ruinosa de su arrogante extralimitación sino solo desastres inequívocos en Irak, Afganistán, y Pakistán, sin que se vea un fin de la locura.

Un observador imparcial diría que el hipnótico agarre del Mito Estadounidense en la lealtad de la gente solo ha producido desgracia y desastre y ha marcado un camino directo hacia la inevitable decadencia y ruina imperial. Sería indiscutible sobre alguna base racional, pero confunde enteramente el motivo y el propósito del mito. El Mito Estadounidense nunca tuvo el propósito de servir los intereses de su país o de su pueblo: solo se creó para reforzar, proteger y exaltar a la clase financiera gobernante. Lo ha hecho con un éxito sorprendente e intacto que pasma la imaginación.

El saqueo masivo de las finanzas de las guerras de Irak, Afganistán y Pakistán para enriquecer a la Tiranía Corporativa –porque en eso se ha convertido– es de una escala propia única sin comparación, en su flagrante obscenidad, en toda la larga historia de la guerra.


Ni el Pentágono ni otra rama del gobierno de EE.UU. pueden rendir alguna cuenta de los muchos miles de millones de dólares de los impuestos que se han desvanecido, evaporados. No cabe la menor duda de que más allá de los contratos sin licitación inflados escandalosamente y entregados a los gigantes favoritos corporativos con sus absurdas ganancias garantizadas, gran parte del dinero simplemente se robó a manos llenas a pesar de los militares –o por medio de ellos- y distribuido entre ladrones y cómplices a paladas… por conveniencia, presumiblemente.

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Mientras tenía lugar ese robo al por mayor bajo la supervisión de los militares en el exterior, la Tiranía Corporativa había desarrollado todo un conjunto de mecanismos impenetrablemente complejos para la generación de dinero sin ninguna fuente o resultado económico en el país.

La única motivación y propósito del capitalismo es la consecución de beneficios. Según ese cálculo, la reducción de los costes de producción aumenta el margen de ganancias. Esto lleva a la conclusión obvia de que si los costes de producción se acercan a cero, el beneficio se maximiza.

La teoría capitalista no incluye ninguna provisión para el bien social. Las corporaciones, creadas para optimizar la oportunidad de negocios mediante la especialización eficiente, eran necesarias originalmente para operar en función del beneficio público, pero esa provisión se manipuló y se olvidó rápidamente.

Los tribunales estadounidenses siempre han favorecido las concentraciones corporativas de la riqueza ya que, como el Congreso, existen para servir los intereses de los adinerados. El Mito Estadounidense se creó con el fin de suministrar una cobertura para que la oligarquía financiera explote al país y a su ciudadanía. Y el aparato judicial ha colaborado consecuentemente con sus dictámenes a favor de las corporaciones y contra el pueblo.

Por cierto, sin considerar siquiera el tema legalmente, la Corte Suprema otorgó hace tiempo “personalidad” a las corporaciones, es decir todos los derechos de los seres humanos según la Constitución. La forma en la que ocurrió esta farsa muestra que la Corte prefirió incorporar esta perversión del propósito evidente de la 14ª Enmienda como una suposición no examinada en lugar de arriesgar un eventual test que indudablemente hubiera creado indignación pública.

En vista de la colusión del Congreso y de los tribunales para asegurar la invulnerabilidad de la Tiranía Corporativa y del principio de que el único deber de las corporaciones es la maximización de los beneficios, no fue sorprendente que los grandes bancos, las inmensas agencias de bolsa, los gigantescos conglomerados de seguros, los opulentos fondos de alto riesgo y las agencias crediticias que pretenden certificar su trabajo, se involucraran todos en masivo y sistémico fraude y engaño precisamente con ese propósito. El resultado fue el crac de 2008, la recesión y el sorprendente e inaudito rescate de los grandes bancos, las casas de inversión y los conglomerados de seguros y crédito, con dólares del contribuyente. Basta de hablar de la bendita Mano Invisible del Libre Mercado…

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Las últimas décadas han presenciado dos grandes tendencias relacionadas con la mecánica geopolítica estadounidense, ambas con efectos calamitosos en el poder del Mito Estadounidense. Primero, cualquier creencia que pueda haber albergado el mundo en general en dicho Mito ha sido desbaratada por una serie catastrófica de fracasos y desastres absurdos e irrecuperables, que han llevado a la erosión de su eficacia en el interior. Segundo, como reacción, el Estado ha hecho esfuerzos crecientemente burdos para mejorar el decreciente poder del Mito mediante la imposición de métodos totalitarios de vigilancia, intimidación y coerción del pueblo estadounidense en un grado sin precedentes de alcance y tamaño.

Todo el resonante aparato medieval de la Seguridad Interior que ha brotado como una enorme callampa venenosa desde el 11-S con su brutal mentalidad de estado policial; la odiosa Ley Patriota con sus flagrantes subversiones de la Declaración de Derechos; el interminable mercadeo terrorista basado en fantasías de medios corporativos prostituidos con sus payasos y arpías que inflan el temor y la cólera de los mal informados: todo este esfuerzo sombrío y represivo es un esfuerzo concertado para distraer a los estadounidenses de las verdaderas causas de sus sufrimientos, abuso y opresión.

Y sin embargo, incluso con un Mito Estadounidense que está total e irreparablemente agujereado y que se ha desvelado como el tejido de mentiras, engaños y fraudes que siempre ha sido, todavía mantiene de alguna manera su fenomenal poder sobre la gran masa del pueblo de EE.UU. La trágica realidad es que, para la mayoría, sus propias identidades han sido tan profunda y exhaustivamente imbuidas con el mito que dudar de él es dudar de sí mismos.

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Por lo tanto el Mito Estadounidense ha muerto, pero sigue viviendo en su mortalidad, disimulando horriblemente nuestra economía, nuestra sociedad en bancarrota, nuestra teatral farsa democrática, mientras tifones de inminente desastre social, económico y ecológico se acumulan con sus truenos cargados de relámpagos en el futuro sombrío que nos espera.

¿Y qué sigue ocultando defectuosamente ese mito muerto a los estadounidenses? ¿Qué existe fuera y más allá del muro opaco de deshonestidad y engaño? ¿Cuál es el horror que ese Mito ha ocultado durante tanto tiempo y tan efectivamente?

Es el mundo que ha sufrido una explotación continua por la violencia de nuestra manía imperialista. Son las numerosas economías destrozadas y saqueadas por nuestros regímenes impuestos de depredadora austeridad capitalista. Son los cientos de millones de niños hambrientos, privados y desfallecidos sacrificados por la especulación de las materias primas en Wall Street. Son las multitudes de gente humilde, inocente, ignorante, que apenas sobrevive en regímenes absolutistas y dictatoriales reforzados en su bárbara crueldad por nuestros militares, mientras nuestros bancos extraen los beneficios restantes después de que han armado a sus brutales policías y ejércitos y han sobornado a sus reyes, jeques o generales. Son los millones de muertos y mutilados en las poblaciones violadas en las que deja su sangriento rastro nuestra asesina fuerza destructora en Irak, Afganistán y Pakistán. Es el desolador legado de odio y rechazo, desdén y miedo, que EE.UU. ha generado en todos los rincones del planeta.

Y en casa, ¿en qué hemos sido tan cómplices los estadounidenses al ocultarlo en nuestra devoción a la perversa leyenda que ha llegado a habitar nuestras almas como un demonio?

Son los millones de personas que carecen de trabajo y sin esperanza en su edad madura, cuyos puestos de trabajo y hogares han sido devorados por la cruel máquina fraudulenta de Wall Street. Son las numerosas ciudades y pueblos con industrias cerradas y fábricas abandonadas o desmanteladas y embarcadas al exterior. Son nuestras escuelas públicas en decadencia y desintegración, nuestros estados y condados en bancarrota, nuestros abrumados y anticuados sistemas de transporte público, nuestra infraestructura obsoleta y que desaparece, nuestro abarrotado, irracional, complejo carcelario, nuestro desastroso sistema inadecuado de salud, y sobre todo, el mecanismo represivo de nuestro Estado policial, armado y poderoso, listo para utilizarlo contra el propio pueblo estadounidense.

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Es donde estamos. La gran pregunta ahora es si como nación somos capaces de despertar de esta larga pesadilla histórica y enfrentar la aterradora y emocionante perspectiva de vivir a plena luz de la realidad sin los falsos soportes y deshonestas elucubraciones de un pueblo embaucado, arreado y deshonrado. O si hemos interiorizado la falsedad y la enfermedad en tal medida que se ha convertido en una forma orgánica, subyugante de demencia.

En 1846, Henry David Thoreau, ofendido hasta el alma por la injusticia de la invasión de México por el gobierno de EE.UU., protestó y fue a la cárcel por sus convicciones. Más tarde, en su ensayo Desobediencia civil dijo lo siguiente:

“Si la injusticia es parte de la fricción necesaria de la máquina del gobierno, vaya y venga, tal vez la fricción se suavice, ciertamente la máquina se desgasta. Si la injusticia tiene un resorte, una polea, un cable, una manivela exclusivamente para sí, quizá puedas considerar si el remedio no es peor que la enfermedad; pero si es de tal naturaleza que te exige que seas el agente de injusticia para otro, entonces yo te digo, no cumplas la ley. Deja que tu vida sea la contra fricción que pare la máquina”.

El intento de romper el control del Mito Estadounidense será un desafío titánico, sobrecogedor. Incluso el comienzo de la rebelión abierta contra el poder del Estado de Seguridad Nacional requerirá el valor de enfrentar mucho más que la desaprobación y la denuncia oficial. EE.UU. Imperial no responderá incluso ante la protesta más pacífica y ordenada con otra cosa que una dura represión policial y el nivel de castigo aumentará en relación con el alcance y la seriedad de la acción emprendida.

Las pequeñas protestas no tendrán efecto y carecerán de significado. Eventos de masas organizados, cuando ocurran, harán que todo el feroz y brutalmente motivado aparato del Estado de Seguridad Nacional caiga sobre ellos. Los estadounidenses, con la excepción de nuestra clase marginada que la ha sentido, no tienen experiencia con la represión policial o militar violenta. Los que cometen desobediencia civil pacífica, una primera e inocente táctica de protesta seria, pronto descubrirán a su propio coste cómo funciona. Todo lo que haga el Estado es legal en un Estado de Seguridad Nacional que ha extirpado y erradicado todas las leyes y regulaciones defensivas que tienen el propósito de impedir el abuso del público. Es adonde hemos llegado en EE.UU. como resultado de nuestro largo adoctrinamiento histórico al servicio de nuestra elite financiera, nuestra Clase Gobernante.

Para lograr cualquier salvación de los estadounidenses, para posibilitar una sociedad más justa, humana y enaltecedora de la vida, necesitaremos un abandono total del sistema del Capitalismo Depredador. No ofrece ninguna perspectiva de reforma o mejora y todos hemos presenciado la idiotez del llamado “proceso democrático” que ha estado en acción durante generaciones.

EE.UU. se acerca al mayor punto de crisis de su historia y el terrible cataclismo, cuando tenga lugar, determinará el futuro de nuestro país. Si no podemos, en número dominante, alzarnos para rechazar la despiadada, atolondrada, desalmada máquina del Capitalismo Imperial Depredador, estaremos condenados a un comando fascista y a un horripilante control en el cual los seres humanos son simples posesiones del Estado, unidades de producción o servicio, y entonces tal vez ni siquiera eso, mejor dicho eliminados como exceso de población en ese mundo feliz.

Ese final no es inevitable. No estamos perdidos. Ni siquiera hemos sido derrotados porque hasta ahora no nos hemos involucrado. No hemos honrado nuestra responsabilidad de seres humanos. No nos hemos alzado para defender nuestra humanidad. Hemos dejado que nos gobiernen.

En todo el mundo se puede escuchar y sentir el trueno de un vasto e inconmensurable descontento. En Egipto y España, Jordania y Grecia, Irak y Sudán, Afganistán e Irlanda, Latinoamérica, Medio Oriente y África, la legítima cólera de la humanidad se está expresando contra la mano muerta y asesina del Capitalismo Depredador y sus agencias de violencia. Y aquí, en EE.UU., desde hace tanto tiempo atrapados y encapsulados, inmovilizados como moscas en la miel de una falsa religión de idolatría estatal, la cólera es profunda, popular y creciente.

Los que saben y se preocupan deben mostrar el camino. Como dijo Thomas Paine: estos son “los tiempos que ponen a prueba las almas de los hombres”. Nada está garantizado. Eso no puede importar. No nos preocupan las dificultades o las consecuencias. No podemos permitir que la Máquina de la Injusticia siga adelante. Nos debemos oponer con toda la fuerza moral que tenemos. Debemos actuar con tranquilo valor para enfrentar a un maligno sistema tiránico que destruye la tierra, su vida, y su gente. Debemos poner en juego nuestras vidas para oponernos.


La Máquina de la Pesadilla de explotación rapaz ha derrocado la decencia y la razón de la humanidad y su sangrienta traición inhumana florece sobre nosotros. Esto tiene que terminar.

Que tu vida sea la contra fricción que pare la Máquina."

Fuentes:
http://www.informationclearinghouse.info/article30620.htm
http://www.youtube.com/watch?v=N2Xh5eN2fXY
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=145341