Imagen tomada de www.forbes.com
Una de las figuras más influyentes de la psiquiatría moderna ha pedido disculpas a los homosexuales de Estados Unidos por un estudio científico que apoyaba los intentos de "curar" a la gente de su homosexualidad.
El estudio, publicado en 2001, contemplaba a la "terapia reparativa" y fue aclamado por los conservadores religiosos y sociales de los Estados Unidos, como una prueba exitosa de que la gente gay podía lograr cambiar onvertirse en heterosexual si estaban motivados para hacerlo.
Sin embargo, el Dr. Robert Spitzer, ha tenido que pedir disculpas en la misma revista académica que publicó su estudio original, calificándola de "fatalmente defectuoso". "Creo que le debo a la comunidad gay una disculpa", dijo la carta. "También pido disculpas a cualquier persona gay que perdió tiempo y energía experimentando algún tipo de terapia reparativa, porque creían que yo había demostrado que la terapia reparativa funcionaba."
La Carta de Spitzer, que se filtró en Internet antes de su publicación en los Archivos de Comportamiento Sexual, seguramente causará deleite entre los grupos de los derechos civiles de los homosexuales y despertará la ira de los conservadores, que han utilizado el estudio para luchar contra la aceptación de la homosexualidad como algo normal de la sociedad humana.
La terapia reparativa es popular entre grupos cristianos conservadores, que usan clínicas y sesiones de terapia con la personas que tratan de convertirse en heterosexuales a través de asesoramientos. Los activistas de los derechos de los homosexuales condenan estas prácticas motivadas por la fe religiosa, y no por la ciencia, prácticas llamadas "orar para alejar a los grupos homosexuales".
El estudio de Spitzer se centraba en las experiencias de 200 personas que realizaron la terapia, incluyendo a sujetos proporcionados por los grupos religiosos. Luego le preguntó a cada persona la misma serie de preguntas, y después analizó sus respuestas, sentimientos e impulsos sexuales en la terapia. Él concluyó que muchos de ellos reportaron sentimientos de cambios con respecto a sus deseos sexuales de homosexuales a heterosexuales.
La postura de Spitzer era notoria, pues en 1973 había sido fundamental para conseguir que la Asociación Americana de Psiquiatría dejara de considerar la homosexualidad como un trastorno mental dentro de su manual de diagnóstico: una medida que en su momento fue una gran victoria para los derechos de los homosexuales.
En el 2001 su estudio causó un gran revuelo ya que mucha gente sentía que no era lo suficientemente riguroso para su publicación. La crítica central era que Spitzer no había prestado suficiente atención al hecho de que los sujetos pueden mentir acerca de sus sentimientos o estar participando en un auto-engaño.
Durante más de una década Spitzer restó importancia a los ataques y siguió trabajando, pero ha admitido que sus críticos estaban en lo cierto. "Yo ofrecí varios motivos (poco convincentes) por los que era razonable suponer que los reportes de los sujetos que habían reportado los cambios eran creíbles y no un auto-engaño o mentiras puras y simples. Pero el hecho es que no había manera de determinar si lo contado acerca del cambio era válido", escribió Spitzer.
En una entrevista con el New York Times la semana pasada, Spitzer, de 79 años y con la enfermedad de Parkinson, describió cómo había escrito su carta de retractación en medio de la noche después de angustiarse respecto a las repercuciones del estudio.
Recientemente también había sido visitado por Gabriel Arana, un periodista de la revista gay, quien le había descrito su propia experiencia al pasar por la terapia reparativa y cómo había sido perjudicial para él hasta el punto de llevarlo a tener pensamientos de suicidio. "Es la única queja que tengo, el único profesional", dijo Spitzer al New York Times, que lo describió como a punto de llorar mientras hablaba sobre su decisión de admitir que estaba equivocado.
"En la historia de la psiquiatría no visto nunca un científico escribir una carta diciendo que los datos estaban allí, pero fueron mal interpretados por completo. ¿Quien admitió eso y se disculpó con sus lectores?. Eso es algo, ¿no te parece? " dijo Spitzer al periódico.
El grupo por los derechos de los homosexuales publicó el texto completo en su página web 'La verdad triunfa', y elogió el momento como un gran paso adelante. "La disculpa de Spitzer para con las víctimas de la terapia "orar para alejar al gay" ... marca un momento decisivo en la lucha contra el mito del 'ex-gay'", dijo el grupo.
El estudio, publicado en 2001, contemplaba a la "terapia reparativa" y fue aclamado por los conservadores religiosos y sociales de los Estados Unidos, como una prueba exitosa de que la gente gay podía lograr cambiar onvertirse en heterosexual si estaban motivados para hacerlo.
Sin embargo, el Dr. Robert Spitzer, ha tenido que pedir disculpas en la misma revista académica que publicó su estudio original, calificándola de "fatalmente defectuoso". "Creo que le debo a la comunidad gay una disculpa", dijo la carta. "También pido disculpas a cualquier persona gay que perdió tiempo y energía experimentando algún tipo de terapia reparativa, porque creían que yo había demostrado que la terapia reparativa funcionaba."
La Carta de Spitzer, que se filtró en Internet antes de su publicación en los Archivos de Comportamiento Sexual, seguramente causará deleite entre los grupos de los derechos civiles de los homosexuales y despertará la ira de los conservadores, que han utilizado el estudio para luchar contra la aceptación de la homosexualidad como algo normal de la sociedad humana.
La terapia reparativa es popular entre grupos cristianos conservadores, que usan clínicas y sesiones de terapia con la personas que tratan de convertirse en heterosexuales a través de asesoramientos. Los activistas de los derechos de los homosexuales condenan estas prácticas motivadas por la fe religiosa, y no por la ciencia, prácticas llamadas "orar para alejar a los grupos homosexuales".
Imagen tomada de www.springerlink.com
El estudio de Spitzer se centraba en las experiencias de 200 personas que realizaron la terapia, incluyendo a sujetos proporcionados por los grupos religiosos. Luego le preguntó a cada persona la misma serie de preguntas, y después analizó sus respuestas, sentimientos e impulsos sexuales en la terapia. Él concluyó que muchos de ellos reportaron sentimientos de cambios con respecto a sus deseos sexuales de homosexuales a heterosexuales.
La postura de Spitzer era notoria, pues en 1973 había sido fundamental para conseguir que la Asociación Americana de Psiquiatría dejara de considerar la homosexualidad como un trastorno mental dentro de su manual de diagnóstico: una medida que en su momento fue una gran victoria para los derechos de los homosexuales.
En el 2001 su estudio causó un gran revuelo ya que mucha gente sentía que no era lo suficientemente riguroso para su publicación. La crítica central era que Spitzer no había prestado suficiente atención al hecho de que los sujetos pueden mentir acerca de sus sentimientos o estar participando en un auto-engaño.
Durante más de una década Spitzer restó importancia a los ataques y siguió trabajando, pero ha admitido que sus críticos estaban en lo cierto. "Yo ofrecí varios motivos (poco convincentes) por los que era razonable suponer que los reportes de los sujetos que habían reportado los cambios eran creíbles y no un auto-engaño o mentiras puras y simples. Pero el hecho es que no había manera de determinar si lo contado acerca del cambio era válido", escribió Spitzer.
En una entrevista con el New York Times la semana pasada, Spitzer, de 79 años y con la enfermedad de Parkinson, describió cómo había escrito su carta de retractación en medio de la noche después de angustiarse respecto a las repercuciones del estudio.
Recientemente también había sido visitado por Gabriel Arana, un periodista de la revista gay, quien le había descrito su propia experiencia al pasar por la terapia reparativa y cómo había sido perjudicial para él hasta el punto de llevarlo a tener pensamientos de suicidio. "Es la única queja que tengo, el único profesional", dijo Spitzer al New York Times, que lo describió como a punto de llorar mientras hablaba sobre su decisión de admitir que estaba equivocado.
"En la historia de la psiquiatría no visto nunca un científico escribir una carta diciendo que los datos estaban allí, pero fueron mal interpretados por completo. ¿Quien admitió eso y se disculpó con sus lectores?. Eso es algo, ¿no te parece? " dijo Spitzer al periódico.
El grupo por los derechos de los homosexuales publicó el texto completo en su página web 'La verdad triunfa', y elogió el momento como un gran paso adelante. "La disculpa de Spitzer para con las víctimas de la terapia "orar para alejar al gay" ... marca un momento decisivo en la lucha contra el mito del 'ex-gay'", dijo el grupo.
Fuente: The Guardian
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