Ahora se avanza en la exploración del túnel, que se encuentra a 14 metros de profundidad, con orientación de oeste a este -de acuerdo a distintos relatos o mitos que compartían diversas culturas mesoamericanas, la entrada al inframundo es precisamente en esa dirección-, con una longitud de 120 metros.
El tunel fue cerrado por los teotohuacanos mucho antes que llegaran los conquistadores españoles, por suerte. Al final se encuentran varias cámaras, donde pudieran estar los restos de los gobernantes de esa civilización mesoamericana. De confirmarse, será uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes del siglo XXI a nivel mundial, consideró.
Rastreo con georradar
En la zona, Velasco trabaja con un georradar que, desde la superficie, detecta lo que hay en el subsuelo. Con este equipo no invasivo, propiedad del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas de la UNAM, el investigador ha detectado la longitud de la oquedad y el mítico sitio al que conduce. “Se utiliza desde la superficie del suelo y emite ondas electromagnéticas para localizar diferencias de materiales”.
Así, se han podio distinguir trozos de cerámica, huesos, piedras, agua o huecos del sitio, lo que ayuda a la reconstrucción del túnel y de sus contenidos. Con esa evidencia se completa la información de los arqueólogos quienes, al excavar, han localizado fragmentos de objetos de ofrendas.
Con un georradar e imágenes en 3D, la Universidad Nacional Autónoma de México colabora en la exploración del inframundo teotihuacano.El uso de la tecnología para explorar la zona ha sido fundamental. Por la formación de la ingeniería del sitio vemos que en Teotihuacán hubo un gran conocimiento científico, de matemáticas, geografía, construcción, y de los materiales, que indican que hubo un gran desarrollo, destacó.
Teotihuacán tridimensional
Otra participación de la UNAM en la exploración del Templo de la Serpiente Emplumada consiste en un registro del complejo arqueológico con una cámara de video en 3D.
En el país, esta tecnología se aplica en diferentes áreas de la ciencia y la tecnología. En especial, Velasco la ha utilizado en la percepción remota aeroespacial para el estudio de los cuerpos celestes, del cambio climático y de los huracanes.
Ahora la emplea en la zona arqueológica de San Juan Teotihuacán. “Generamos los primeros videos tridimensionales de uno de los lugares más sagrados del México prehispánico, como es el inframundo teotihuacano, y próximamente se harán animaciones y recreaciones virtuales del túnel, de su arquitectura, de los restos de cerámicas y otros objetos”, adelantó Velasco.
Uno de los planes es realizar con ese material un museo o paseo virtual, para dar a conocer este hallazgo a nivel global.
Requieren nuevo equipo
Además de la tecnología 3D, se requiere de una nueva para analizar con detalle las condiciones de las paredes de ese pasaje, “porque sería importante saber si hay fracturas que pudieran poner en peligro la vida de los arqueólogos del INAH u ocasionar derrumbes como ocurre comúnmente en las minas”, añadió.
“Este equipo es un escáner-láser, y es necesario emplearlo constantemente dadas las condiciones, por lo que sería fundamental que se apoyara a la Universidad para la adquisición de este instrumento, que no solo se usaría en ese sitio arqueológico, sino en todo el país para resolver diferentes problemas”, indicó.
El uso de nuevas herramientas ha permitido un encuentro entre el México moderno y el prehispánico. “Me parece que solamente si hemos alcanzado un desarrollo científico, somos dignos de encontrar y comprender este hallazgo en San Juan Teotihuacán”.
Además de la importancia arqueológica y del valor cultural del sitio, los teotihuacanos legaron un mensaje: “No cometan nuestros errores o se colapsarán como nosotros”, aseguró Velasco. Esto es relevante, continuó, porque “el estudio de nuestro pasado es fundamental para resolver los grandes problemas que tiene actualmente una megaurbe como la Ciudad de México”.
Fuente:
dgcs.unam.mx