El post que publiqué el pasado martes 13 me ha dado muchas luces, sobretodo después de las dos operaciones quirúrgicas menores (una ginecológica y otra urológica) a las que me sometí ese día pues, momentos antes de irme a la clínica, al concluir la traducción del post y subirla al blog, revisé la lista de Bonnie Ware para ver si había allí algún arrepentimiento que me correspondiese por eso de "por si acaso yo no vuelvo, me despido a la llanera", tal como dice una canción folklórica de mi país llamada "El Adios", es decir, por si acaso salía del quirófano con la cabeza tapada.
Aún así, no estaba de más hacer mi revisión de lamentaciones y después de hacerlo me alegró saber que no estoy tan mal: siempre he sido fiel a mi misma aún a riesgo de cometer grandes errores. He procurado no dar la vida por ningún trabajo y dar la vida por la vida misma, cuestión que nunca agradó a ninguno de mis jefes. A veces me paso de la raya con lo de ser sincera con el prójimo, no está demás decir que no es una de mis características ser políticamente correcta. Con respecto a la amistad, tengo los amigos que merezco, 10 hermosos seres humanos que desde hace más de siete años seguimos juntos en afecto y en presencia. En relación al último ítem de los moribundos, todos los días tengo como meta ser un poco más felíz de lo que fui ayer. Ahora bien, en función de esa lectura, abriré más espacios para poder estar mucho más tiempo con mis seres amados.
Mi recuperación ha sido bastante rápida, no en balde mañana me quitan los puntos. He encontrado muchas cosas en la red que poco a poco les iré mostrando porque sea como sea "pa'lante es pa'llá", esto es, un decir venezolano que significa "dale para adelante no mires atrás y que todo te salga bien" y que en el caso concreto se traduce en ejercitar el cerebro en algo práctico y cotidiano -como aconsejaron los neurólogos- publicando temas de actualidad, cosas que me hacen pensar, reir y bailar. Todo ello dentro de un Club -muy vivo- de 'Las Neuronas Muertas': un círculo que comienza conmigo y termina en ustedes.
Aún así, no estaba de más hacer mi revisión de lamentaciones y después de hacerlo me alegró saber que no estoy tan mal: siempre he sido fiel a mi misma aún a riesgo de cometer grandes errores. He procurado no dar la vida por ningún trabajo y dar la vida por la vida misma, cuestión que nunca agradó a ninguno de mis jefes. A veces me paso de la raya con lo de ser sincera con el prójimo, no está demás decir que no es una de mis características ser políticamente correcta. Con respecto a la amistad, tengo los amigos que merezco, 10 hermosos seres humanos que desde hace más de siete años seguimos juntos en afecto y en presencia. En relación al último ítem de los moribundos, todos los días tengo como meta ser un poco más felíz de lo que fui ayer. Ahora bien, en función de esa lectura, abriré más espacios para poder estar mucho más tiempo con mis seres amados.
Mi recuperación ha sido bastante rápida, no en balde mañana me quitan los puntos. He encontrado muchas cosas en la red que poco a poco les iré mostrando porque sea como sea "pa'lante es pa'llá", esto es, un decir venezolano que significa "dale para adelante no mires atrás y que todo te salga bien" y que en el caso concreto se traduce en ejercitar el cerebro en algo práctico y cotidiano -como aconsejaron los neurólogos- publicando temas de actualidad, cosas que me hacen pensar, reir y bailar. Todo ello dentro de un Club -muy vivo- de 'Las Neuronas Muertas': un círculo que comienza conmigo y termina en ustedes.
Momentos antes de entrar al quirófano, algo curioso sucedió en la clínica. Al llegar con mi esposo a la habitación en donde aparezco en esta foto, coloqué mi maletín de ropa sobre la cama y cerré la puerta. De inmediato escuchamos un fuerte golpe proveniente de afuera seguido de gritos y chillidos femeninos. Rápidamente abrí la puerta y en el suelo a un costado del pasillo, una de las enfermeras estaba desparramada en el suelo, desmayada. Las otras tres totalmente fuera de control gritaban y una de ellas lloraba nerviosamente por no poder cargarla debido a lo pesado del cuerpo. Mi esposo corrió hacia ellas y entre todos lograron levantarla y colocarla sobre la camilla de la habitación del frente. Aparecieron dos médicos y otras enfermeras; todo el mundo corría. Le colocaron oxígeno y comenzaron a darle masajes al corazón. De pronto, la sacaron del cuarto a la carrera, tumbada en la cama, sin reaccionar porque tenía un paro cardio-respiratorio.
Dos horas después, mientras me colocaban el suero con toda la parafernalia post operatoria pregunté por ella y afortunadamente, lograron revivirla.
Dos horas después, mientras me colocaban el suero con toda la parafernalia post operatoria pregunté por ella y afortunadamente, lograron revivirla.