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En el mes de febrero de 2012 Natalia López, catedrática en bioquímica y biología molecular en el XL Seminario de Centros Educativos de la Universidad de Navarra (norte de España), dictó una conferencia titulada "Humor y cerebro feliz" donde explicó que al escuchar un chiste, el cerebro procesa el lenguaje y, cuando la historia toma un giro absurdo, la "central de errores", una zona que está entre los dos hemisferios, detecta el error y sincroniza lo lógico y lo ilógico de la narración. El cerebro, al conseguir detectar el error obtiene una "recompensa" liberando dopamina, una hormona que nos da la sensación de regocijo, y es entonces que somatizamos a través de una carcajada, lo que permite a su vez, fortalece el corazón y generar respuestas somáticas saludables.
Según los impulsores de la investigación, si otras pruebas confirman que los niveles altos de satisfacción y optimismo tienen un impacto en la salud del corazón, esto ayudará a elaborar las estrategias de prevención y tratamiento de las enfermedades cardiovasculares.
Y aunque el mecanismo cerebral del humor es muy complejo, es innato a todo ser humano. "Se expresa de igual forma en todas las culturas, en todas las edades. La risa significa alegría y felicidad universalmente y en todas las épocas", dijo, y agregó que el humor se origina en un área denominada "central de detección de errores" y responde a un mecanismo cerebral "precioso", que está siendo muy investigado por la neurociencia.
Según los impulsores de la investigación, si otras pruebas confirman que los niveles altos de satisfacción y optimismo tienen un impacto en la salud del corazón, esto ayudará a elaborar las estrategias de prevención y tratamiento de las enfermedades cardiovasculares.
Y aunque el mecanismo cerebral del humor es muy complejo, es innato a todo ser humano. "Se expresa de igual forma en todas las culturas, en todas las edades. La risa significa alegría y felicidad universalmente y en todas las épocas", dijo, y agregó que el humor se origina en un área denominada "central de detección de errores" y responde a un mecanismo cerebral "precioso", que está siendo muy investigado por la neurociencia.
Natalia López señaló que a pesar de existir algunas diferencias entre el sentido del humor de hombres y mujeres, la parte cognitiva del mismo es igual, más, no la parte emocional.
A los hombres, aseveró López, "lo que normalmente les hace soltar la carcajada es que algo sea absurdo", mientras que las mujeres, "por su mecanismo de procesamiento de las emociones, que es mucho más intenso, necesitan que lo absurdo sea divertido; una cosa simplemente absurda no les hace gracia".
A los hombres, aseveró López, "lo que normalmente les hace soltar la carcajada es que algo sea absurdo", mientras que las mujeres, "por su mecanismo de procesamiento de las emociones, que es mucho más intenso, necesitan que lo absurdo sea divertido; una cosa simplemente absurda no les hace gracia".
Diferencia entre adolescentes y adultos
Así mismo, existen diferencias entre adolescentes y adultos: los primeros "tienen muy poco sentido del humor", porque captar lo ilógico y lo absurdo "requiere una parte del lóbulo frontal que justamente madura muy tarde". El sentido del humor necesita una buena gestión de las emociones, pero los adolescentes tienden a procesar éstas de una manera desproporcionada, porque "esperan muchísima recompensa de cosas que no son para tanto".
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Esta tendencia hace que los adolescentes en general tengan menos sentido del humor, porque "es más difícil que capten bien la somatización de las emociones, que vean en una cara lo que está pasando".
La académica hizo especial hincapié en la importancia del sentido del humor en la sociabilidad, porque "la risa es convivencia".
"Las personas que nos hacen reír nos hacen felices no tanto porque nos hacen pasar un buen rato, sino porque en el fondo, cuando nos reímos, aunque las cosas estén muy negras, todo se relativiza un poco y eso nos fortalece mucho el cuerpo también", concluyó.
No obstante, la autora del estudio indica que estos resultados sólo demuestran un vínculo y no quieren decir que el optimismo resolverá todos los problemas relacionadas con estos trastornos
Ahora bien, encuentro en otra noticia que especialistas de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard (EE. UU.) revisaron más de 200 estudios previos sobre ataques cardíacos e información sobre los pacientes, y revelaron que las personas con un bienestar psicológico presentan índices más saludables de peso, colesterol y presión arterial. Además los optimistas en general están más sanos y duermen mejor.
“Factores como la satisfacción con la vida y felicidad están vinculados con un menor riesgo de padecer males cardiovasculares, sin importar la edad, sexo, condición económica y peso”, comenta la investigadora Julia Boehm.
Según los impulsores de la investigación, si otras pruebas confirman que los niveles altos de satisfacción y optimismo tienen un impacto en la salud del corazón, esto ayudará a elaborar las estrategias de prevención y tratamiento de las enfermedades cardiovasculares.
Fuente: EFE y TS