domingo, 13 de noviembre de 2011

Contenido de mercurio en los peces y mariscos que comemos

Infografía tomada de Ria Novosti

Investigaciones científicas señalan que enfermedades como el alzheimer, parkinson y el autismo podrían estar muy relacionadas con la paulatina acumulación de mercurio en nuestros cuerpos El mercurio, un elemento químico cuya ingesta es veneno potente para el ser humano (resulta tóxico las concentraciones de una parte por billón, apróximadamente un grano de sal en una piscina) está presente dentro de la mayoría de los peces de los mares del mundo.

En los Estados Unidos anualmente se vacían en la atmósfera 40 toneladas de mercurio, una cantidad de veneno que será depositada en el mar a través de la lluvia, por lo que en ese país la EPA (Agencia para la Protección Medioambiental) aconseja a las mujeres embarazadas no comer pescado como atún o pez espada ya que el metilmercurio atraviesa con facilidad la barrera placentaria.

El mercurio que poseen los peces procede, en la gran mayoría de los casos, de las centrales térmicas (productoras de electricidad) que utilizan el carbón como materia prima, un mineral contaminado de mercurio casi en un 55%. Así mismo, la industria del cloro es otra de las fuentes importantes de la contaminación de mercurio en los mares, las industrias de pesticidas y herbicidas y la explotación de minas de mercurio, oro y plata.

Tal como se aprecia en la infografía sólo los pescados de pequeño tamaño albergan bajos niveles de mercurio precisamente por tener poca capacidad corporal para concentrar el contaminante (sardinas, boquerones, anchoas, camarones,etc.)


Los pescados de piscifactoría (repoblamiento de peces en estanques y ríos) son al parecer, peores porque no solamente tienen mercurio, PCBs, dioxinas o colorantes (en el caso del salmón) entre otros venenos, sino que también poseen las peligrosas grasas Omega-6 en lugar de las recomendadas grasas Omega-3 .

La Agencia de Protección Medioambiental de los Estados Unidos (EPA) ha impuesto unos límites en cuanto a la absorción de mercurio en el pescado, que puede darnos una idea de la cantidad de tóxico que los peces pueden acumular dentro de sí. Por ejemplo: si una mujer de 66 kilos come 300 gramos de atún a la semana con una concentración de mercurio de 0,5 ppm (partes por millón) excedería los límites impuestos por la EPA en un 400%.

La ingesta de mercurio provocó en Minamata, Japón -entre los años 1932 y 1968- muchos muertos y cientos de enfermos sobrevivientes debido a la compañía Tesso Corporation, responsable del vertedero de mercurio en los mares de la región que contaminó a los peces e incluso a las aves. A este envenenamiento masivo se le llamó enfermedad de Minamata, la cual incluye ataxia, alteración sensorial en manos y pies, deterioro de los sentidos de la vista y el oído, debilidad y, en casos extremos, parálisis y muerte.

La ingesta de pescado es la vía principal para que este metal pesado entre a nuestros cuerpos.


Proceso de biomagnificación: Cuando se quema el carbón el mercurio se evapora y entra en el aire que con las lluvias lo precipitará los ríos y de allí a los océanos, y de allí a las algas, y de éstas a los peces pequeños que serán comido los peces grandes y que serán finalmente devorados por nosotros. Las bacterias presentes en el agua lo transformarán en mercurio orgánico, conocido como metilmercurio, un veneno para todo ser vivo. Cuanto mayor es el tamaño del pez más mercurio tendrá su cuerpo (el hígado de ballena excede 5.000 veces el límite de ingesta de mercurio considerado como seguro). Como la concentración de mercurio no se peude eliminar, nosotros, al igual que los peces, vamos aumentando la concentración a medida que lo comemos.. (Imagen tomada de Biotraveler)

Leer:
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Artículos de EPA sobre 'Recursos en español sobre el mercurio'
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