Tengo una gran libreta desde mis 20 años. Es un "cajón desastre" donde suelo escribir poemas garrapatos, momentos dionisiacos, malos sueños y deseos que se demoran. Este cuaderno de bitácora no anda suelto por mi casa por ser de chillonas letras, y estar conjugado en oraciones muy abiertas como piernas burdelescas. Más... un día, una púber de cortos bucles encontró el memorial azul trás un cristal empañado de silencio, y entonces dejó una prosa tan bella en mi libro de grafías chifladas que fungió como magia de borrón y cuenta nueva.
Aceptance, de Silent Hill tocado por Luana, 14 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario